domingo, 2 de abril de 2017

pelicula: Red scorpion

Las décadas de los 80 y 90 fueron una época dorada no solo para los videoclubs, sino también para el cine familiar, de aventuras y de acción. En esta última categoría en esos años se estrenaron algunas producciones que se han acabado convirtiendo en clásicos del género. Precisamente dentro de esta última clase está enclavada la entrada de hoy, que si bien no pasará a la historia del cine, si que cuenta con una buena legión de seguidores que disfrutan con su visionado, a pesar de que pierde por goleada si la comparamos con aquellos filmes que han sentado cátedra a la hora de hacer cine de acción.

Dirigida por Joseph Zito en 1989 y con guión de Arne Olsen la trama nos cuenta como el teniente de los Spetsnaz Nikolai Rachenko (Dolph Lundgren), es enviado por sus superiores a un país africano para acabar con la vida de un líder rebelde que se opone al régimen comunista. Al fracasar en su misión y traicionado por los suyos, Nikolai se pondrá del lado de la rebelión para derrotar a los que hasta ese momento eran sus aliados.

Antes de proseguir con la reseña decir que adoro esta cinta. A pesar de sus innumerables fallos, a la pobre dirección, un guión que cabe en un post-it y las flojas interpretaciones entre otros elementos, es una película con la que no puedo ser imparcial. Mi lado más crítico me dice que me aleje de la misma como de la peste y me ahorre su visionado. Pero el lado cinéfago me dice todo lo contrario, que me deje llevar por la experiencia y que disfrute de una película que fue hecha con el único objetivo de entretener.

Para ser realistas la película es muy mala, si se analiza categoría por categoría y siendo justos ni siquiera llegaría al aprobado. Pero de vez en cuando hay que dejar de lado los prejuicios cinematográficos y críticos, poner el cerebro en modo apagado y disfrutar de la propuesta de su director. Es lo que ocurre con la entrada de hoy. Si bien Zito es un director bastante tosco a la hora de dirigir, no es menos cierto que sus cintas resultan entretenidas para los parámetros de la serie B e incluso Z. Es un director que sale airoso de las propuestas que estrena y que se ha ganado su lugar dentro de los cinéfagos más acérrimos.

Sin lugar a dudas uno de los grandes alicientes para darle una oportunidad al film es Dolph Lundgren. El fornido actor sueco que saltó a la fama un par de años antes de Red Scorpion al encarnar a Ivan Drago en la cuarta parte de la saga Rocky, ha tenido una carrera errática dentro del cine de acción que salvo en un par de ocasiones se ha limitado a las estanterías de los videoclubs. Lundgren tenía el físico ideal para recoger el testigo de Stallone y Schwarzenegger dentro del cine de acción, pero carecía del suficiente carisma para llevar sobre sus hombros el peso de una producción de este género con un gran presupuesto. Lundgren mola pero le faltaba algo para ser esa estrella de cine de acción capaz de arrastrar a las masas al cine.

El otro elemento a destacar dentro de la producción son las escenas de acción. Libres de efectos digitales realizadas de forma artesanal y con trabajo de especialistas. No hay que olvidar que estamos hablando de los ochenta, cuando los efectos por ordenador estaban en pañales y todo lo que se veía en pantalla era el fruto de horas de ensayo y preparación para que quedará de la mejor forma posible en la gran pantalla.

Algo que puede sorprender cuando se visiona la cinta es que presente al espectador a un comunista como el héroe de la función, cuando su papel en buena parte del cine de acción de la época era el de ser los villanos a derrotar por parte del héroe de turno, baste citar los ejemplos de la saga Desaparecido en combate, la primera de ellas dirigida por Zito, o las tres primeras entregas de Rambo. Por ello hay que aplaudir la propuesta de sus responsables, por presentarnos a un personaje que no fuera el americano de turno como adalid de la justicia.

Este film era uno de los clásicos dentro de las estanterías de los videoclubs y de sus numerosos pases por televisión. Sin ser nada del otro mundo te salvaba una tarde de aburrimiento si tenías la suerte de pillarla cuando la echaban. Y es que por secuencias como la de la persecución a ritmo de Long tall Sally, que recuerda a la de la primera entrega de Indiana Jones salvando las distancias, o la del enfrentamiento final entre nuestro protagonista y sus enemigos ya merece la pena darle una oportunidad.

La cinta sufre de un par de altibajos cuando Lundgren no se pone a repartir estopa, y esto hace que la película no termine de ser más redonda. Estos pequeños tiempos muertos consiguen que haya ocasiones, en las que el espectador deje de prestar atención a lo que está ocurriendo en pantalla. Menos mal que en cuanto empieza el momento de repartir leña, la audiencia vuelve a poner todos los sentidos ante lo que está pasando.

Una película para ver sin prejuicios, con los colegas, cervezas y aperitivos variados y disfrutar de la misma. Sin ponerse a analizar la credibilidad de las escenas o su argumento, y dejarse llevar por la propuesta de sus responsables. Que para ver buen cine siempre hay tiempo, y al cerebro hay que darle de vez en cuando su ración de cine malo. Pero sin abusar de este último, puesto que tiene que existir un equilibrio entre ambas categorías.

En resumidas cuentas:
Lo mejor: la atrevida propuesta de sus responsables y Dolph Lundgren.
Lo peor: el resto.
La(s) secuencia(s): la persecución a ritmo de Long tall Sally y el enfrentamiento final en la base de los  rusos.
La imagen: Nikolai luciendo el tatuaje del escorpión que indica su redención.
Lo(s) momento(s): Nikolai golpeando la celda en la que está preso y su tortura tras fracasar en su misión.
La frase: Dígale al general que sigo siendo un Spetsnaz. Nikolai a una oficial antes de fugarse de prisión.

A continuación el trailer:







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