Dirigida por Deran Sarafian en 1994, la cinta nos cuenta como al instructor de paracaidismo Ditch Brodie, Charlie Sheen, le cambia la vida cuando a la bella Chris Morrow, Nastassja Kinski, le falla el paracaidas provocando su fallecimiento. Atormentado por la culpa, decide investigar por su cuenta la muerte de la muchacha, pero pronto se dará cuenta de que no todo es lo que parece.
Entretenido film de acción sin más. No es ninguna maravilla pero tampoco dan ganas de cortarse las venas una vez ha acabado su visionado. Es un meh sin más. No nos cambia la vida, no vamos a ser mejores personas ni nada por el estilo. La cinta es consciente que fue hecha con el único proposito de entretener al espectador, y es algo que consigue afortunadamente.
A los actores antes citados, hay que sumar a fallecido de forma prematura James Gandolfini, en el que fue uno de sus primeros roles en la gran pantalla. Una vez más, vuelve a interpretar uno de esos papeles que acojona que es un contento. Capaz de pasar de ser alguien muy agradable a ser muy peligroso en cuestión de segundos.
Aquí Sheen vuelve a probar suerte en el género de acción, en el que no parece sentirse del todo cómodo. El actor ha dado muestras de su talento en dramas como Wall Street o Platoon, dos de sus mejores interpretaciones sin duda alguna, o en comedias como en Hot Shots o en la serie Dos hombres y medio. Pero no se la razón por la que no resulta ser creíble del todo como actioner, es como si le faltara carisma o no estuviera del todo a gusto interpretando roles más físicos.
Si tuviera que rescatar dos secuencias por las que merece la pena darle una oportunidad a la película, la primera sería aquella que envuelve a los personajes de Sheen y Kinski y su huida en una especie de cohete que va sobre las vías de un tren y que corre a toda chufa. La segunda está casi al final del film, y vuelve a tener a ambos actores involucrados y su huida en un coche que sale de un avión en marcha. Ambos momentos son simples pero a la vez molones.
Otra de las cosas a destacar de la cinta es que dura poco más de hora y media, es decir, que va directa al grano y nos ahorra secuencias innecesarias con las que aburrir a los espectadores. Con tramas o personajes secundarios que no llevan a ninguna parte y que se hicieron para inflar el metraje. En eso hay que estar agradecido a su realizador.
Cada uno de los responsables del film es que es consciente del tipo de producción en el que se han metido. No van a ganar ningún Oscar, tan solo están ahí para cobrar el cheque y a otra cosa mariposa, en espera de mejores interpretaciones con los que tanto crítica como público les pueda tomar en serio.
Al menos las secuencias de acción son físicas y rodadas a la antigua usanza, en eso Sarafian sin ser ningún experto al menos si que sabe desenvolverse bien a la hora de ofrecer a la audiencia un producto lo más digno posible. Por cierto, este director lleva desarrollando su carrera de un tiempo a esta parte en televisión habiendo estado tras las cámaras en shows como House; Los hermanos Donnelly o CSI. Y es que hay que seguir ganándose los garbanzos.
Si no la habéis visto, dadle una oportunidad. Como he dicho, es para entretener y poco más. Y si ya la vistéis en su momento pues siempre es un buen momento para darle un nuevo visionado y ver que tal ha aguantado el paso del tiempo.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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