Muy buenas a todos. Hace poco tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro del que voy a hablaros hoy, en la misma tanto el presentador como el propio autor de la obra nos avisaron de que lo que estábamos a punto de leer no se parecía en nada a lo que habíamos leído, y que no era una lectura para todos los públicos. Llevaban más razón que un santo, puesto que la lectura una vez se concluye deja poso y con más preguntas que respuestas. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, vayamos a la ciudad de Madrid donde seremos testigos de las peripecias de un voyeur y de la particular aventura que está a punto de vivir. ¿ Listos ? Allá vamos.
Escrita por Ignacio Cid Hermoso, la trama nos cuenta como un misterioso voyeur del que desconocemos su nombre, está obsesionado con la vecina de enfrente a la que ha llamado Lucía, pese a que este no sea su nombre real. Apenas se relaciona con el sexo opuesto, salvo encuentros sexuales furtivos con su prostituta habitual o las conversaciones que mantiene con su anciana vecina Mariola. Un día su vida da un vuelco cuando es testigo del como el objeto de su obsesión es asesinada, desde ese momento se plantea como su principal objetivo el resolver el misterio que rodea a la muerte de su amada.
Con cada nuevo trabajo, Ignacio no para de sorprender a sus lectores. Da lo mismo el género en el que esté ubicada su nueva publicación, ya sea el terror, el suspense o la paranoia, con la salida a la calle de cada trabajo no para de darnos alegrías. Es un escritor que se va reinventando, que no tiene miedo de probar sus límites, en lo que a creación de situaciones y personajes se refiere. No para de crear nuevas formas de sorprender, y eso es algo que se agradece.
El misterioso protagonista, es un pobre hombre, un paria, que sigue una rutina al día consistente en el mismo desayuno una y otra vez, un trabajo en una fábrica de montaje que es una rutina constante, os ocasionales encuentros sexuales ya citados, así como las conversaciones con Mariola. La muerte de su amada, supone un vuelco a esta anodina existencia por lo que tal vez encuentra una vía de escape a lo que le viene ocurriendo en su existencia gris.
Nuestro misterioso hombre, no es héroe, tampoco un antihéroe, es complicado ubicarle en una categoría. Ese es uno de los aciertos de la obra, que resulta complicado situar al protagonista, en unos momentos le tenemos ternura, en otros nos da pena, otras veces le compadecemos, cada vez que Ignacio nos describe una de las novedades que le van ocurriendo en su investigación, hace que los sentimientos de los lectores vayan oscilando.
Si tuviera que definir la novela en un género resultaría complicado, puesto que va oscilando del drama al negro, sin que llegue a situarse en ningún momento en ninguno de ellos. En lo que respecta al primero, la historia de amor es patética, es solo la obsesión de un voyeur al que le cuesta entablar relaciones con las mujeres, y que tiene en Lucía lo más parecido a una relación romántica que pueda tener. En lo que respecta al segundo, entra en juego cuando presencia el asesinato por su cuenta y decide vengarla, pese a que carezca de las habilidades de investigación que suelen tener los protagonistas de este tipo de género.
Toda la novela cuenta con el punto de vista del voyeur. Sólo vemos y conocemos lo que nos cuenta, nos faltan las piezas del resto de protagonistas para saber lo que realmente está ocurriendo. Es un puzle incompleto, y está hecho así de forma intencionada por parte del autor, juega con nosotros en todo momento, para que los lectores se planteen en todo momento que está ocurriendo.
A lo largo de sus poco más de cien páginas de extensión, el autor no para de zarandearnos con su prosa y situaciones, nos marea, nos aturde, no paramos de recibir golpes que nos confunden preguntándonos que demonios ocurre, pero es en sus páginas finales donde recibimos el golpe definitivo, el directo que nos manda a la lona en este combate desigual que tanto el protagonista como nosotros hemos ido librando a lo largo de su aventura. Nos noquea y nos cuesta levantarnos, una vez hemos absorbido y entendido lo que acaba de ocurrir.
Ignacio demuestra un buen dominio de la prosa, las situaciones y personajes. Nunca se conforma, siempre quiere dar lo mejor de si en cada trabajo y lo consigue, ahora solo queda esperar que nuevos ases se tiene guardados en la manga.
Si os gustan las novelas que no dejan indiferentes una vez habéis acabado su lectura, que dejan poso y os obligan a leerla de nuevo para ver que nueva información se puede sacar con una nueva revisión, esta es vuestra obra.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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