Dirigido con Manu Carbajo, que a la vez escribe el guión con Juan de Dios Garduño, la trama nos cuenta como tres personas, cada una a su manera se dispone a vivir la última noche del mundo. Desde un padre de familia, encarnado por Nacho Vigalondo; pasando por un joven, con los rasgos de JPelirrojo, o una chica que no quiere pasar sola más tiempo, con los rasgos de Marta Martín. Todo ello mientras unos presentadores de televisión, papeles de Jorge Cremades y Jimina Sabadú, presentan el que será el último programa que verá la raza humana.
Muy interesante y divertido corto, con una buena factura y que sabe sacar partido de tres historias muy cortas entre sí, pero que tienen ese aire terrorífico con mucho humor negro que está presente en formatos más largos como Historias de la cripta o En los límites de la realidad.
El cortometraje se basa en La gala del fin del mundo, escrito por el propio Garduño, por lo que nadie mejor que el propio autor a la hora de adaptar su obra a este tipo de formato cinematográfico. Y desde luego que todos los implicados saben sacar partido de las tres historias. Las cuales son simples, pero a la vez tienen el toque justo de drama, terror y comedia en un perfecto coctel en el que ningún elemento queda presente por encima del resto.
Las tres historias no tienen nada que ver entre sí, el único elemento que las puede relacionar es la televisión donde los presentadores van avanzando minuto a minuto como va a acabar nuestro mundo. Desde luego que resulta bastante curioso el argumento, y es como pasaríamos nosotros nuestro último día en el mundo de saber que el mismo ya tiene fecha de caducidad.
En las tramas de las películas o novelas, uno suele empatizar con los personajes. Te importa lo que les suceda, ya sean principales o secundarios. Aquí solo ocurre en la primera historia, la más dramática sin duda de las tres, en las otras dos el humor negro está mucho más presente, así como los instantes de terror. Si servidor se encontrara en un callejón a oscuras o en un ascensor, con los personajes de Vigalondo y Martín, pondría tierra de por medio.
El diseño de producción está cuidado, así como la música y la breve aparición de los efectos digitales. Tan solo aparecen un par de segundos, que además coinciden tanto con el final del cortometraje como con el del mundo. Y la forma escogida es simple. Por supuesto que no la voy a desvelar, para ello tendréis que verlo, para no reventar la sorpresa.
Si os gustan las historias apocalípticas, con varios elementos presentes en ella y que se consumen de forma rápida y breve, no lo dudéis y echarle un vistazo al corto. Seguro que no os vais a arrepentir.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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