Dirigida en 1998 por F. Gary Gray, la trama es la siguiente: Danny Roman, rol de Samuel L. Jackson, es el mejor negociador de Chicago que ha sido acusado injustamente de asesinato y malversación. Para limpiar su nombre secuestra a un grupo de personas y exige hablar con Chris Savian, papel de Kevin Spacey, para negociar con él. La lucha psicológica y la búsqueda de la verdad comienza.
Muy interesante film de accióny con un guión bastante bueno, en el que importan más las acciones que llevan a cabo los personajes que las explosiones o tiroteos. Que haberlos haylos, pero son los mínimos, y cuando aparecen es porque son necesarios para la trama, pero la mayor parte del tiempo es gente hablando y de como las decisiones y conversaciones que tienen, pueden influir de mayor o menor forma en el devenir del argumento.
Con esta película, vuelve a quedar demostrado que los héroes de acción no tienen que ser muy musculosos, haber explosiones cada dos por tres, que la chica de turno no ha de ser una belleza de rompe y rasga, o que el villano disponga de multitud de secuaces para llamar la atención de los espectadores. Tan solo basta con que nos sorprendan con un argumento adictivo, que bebe más del thriller que de la acción en sí, pese a que esta cinta pueda catalogarse como la segunda opción.
Con esta película, y con posteriores ejemplos como Diablo con Vin Diesel; The Italian Job con Mark Wahlberg o Un ciudadano ejemplar con Gerald Butler, confirman a su realizador como un buen director a la hora de construir filmes de acción en el que tanto el guión como las escenas de acción están bien cuidadas, sin que ninguna llegue a prevalecer por encima de la otra, por lo que se logra un buen equilibrio que dejará satisfechos tanto a los que buscan argumentos cuidados, como set pieces espectaculares.
Una de las mejores secuencias, en opinión de quien esto suscribe, es aquella que sirve de presentación al personaje de Spacey, envuelto en una negociación familiar que no se salda como el quería. Es uno de los pocos instantes ligeros que nos vamos a encontrar, si bien hay sentido del humor, la tensión está presente a cada momento, ya que no sabes quién será el malo hasta los últimos instantes y como va a salir nuestro protagonista del lio en el que se ha metido, antes de que los que fueron sus compañeros le eliminen.
Todavía me acuerdo cuando vi esta peli en el cine. Me gustó desde el momento en que acabó, estaban dos de mis actores favoritos, además de estar apoyados por un buen puñado de sólidos secundarios como Ron Rifkin; David Morse o Paul Giamatti. Todos ellos tienen su momento de lucimiento, y ninguno sobra. Es una cinta donde todo el mundo tiene algo que decir y aportar a la trama, por poco que sea, pueden ayudar a esclarecer el misterio que envuelve a la acusación del protagonista.
Es una pena que ya no se hagan más cintas de acción de este estilo. Donde las decisiones que toman a cabo los personajes, importan tanto o más que la destrucción de todo lo que pilla de camino. Los héroes utilizan aquí su cerebro, ya que es su herramienta de trabajo, y la química entre Jackon y Spacey es más que evidente, en un duelo interpretativo que acaba en empate. Pero he de decantarme un poco por Spacey, debido a su escena de presentación antes mencionada, y que suyos son los instantes de relajación en una película que apenas concede un instante de respiro.
Si no la habéis visto recomiendo verla, algo raro ya que ha sido emitida unas cuantas veces por televisión. Si ya la habéis visto, siempre es un buen momento para darle un nuevo visionado, y ver que tal ha envejecido. En opinión de quién esto suscribe, nada mal pese a que han transcurrido 17 años. Lo que demuestra que las cosas cuando se hacen bien, el resultado se nota.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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