Ayer se estrenó la secuela, de la cinta sorpresa de hace cinco años Megalodón. Así pues, allí que me dirigí al cine a verla. Tan solo le pedía a la cinta que me entretuviese, cosa que hizo. Pero con algún que otro pero, que voy a explicar a continuación. Si estos inconvenientes los hubieran solucionado, ahora estaríamos hablando de un film completamente distinto.
Dirigida por Ben Wheatley, y escrita por Dean Georgaris, Erich Hoeber y Jon Hoeber, la trama nos cuenta como Jonas Taylor, Jason Statham, se tendrá que volver a enfrentar a los Megalodones, cuando una aparente misión de reconocimiento de las profundidades, se convertirá en una lucha por la supervivencia cuando los escualos gigantes son liberados por una compañía minera, para la cual trabaja Montes, Sergio Peris-Mencheta, un mercenario relacionado con el pasado de Jonas.
Tal y como se puede ver por el argumento, apenas hay novedad con respecto a la primera parte. Sus responsables, han decidido tirar por lo seguro sin apenas variaciones. No se han arriesgado, a la hora de ofrecer un film palomitero con el que pasar dos horas entretenidas. Y eso lo aplaudo, hay ocasiones en los que uno tan solo quiere ver algo que le haga desconectar. Pero lo que han hecho aquí, lo han llevado a otro nivel.
Y es aquí donde vienen los peros, antes que sus virtudes. El gran pero tiene lugar en su tercio final, ojo que aquí vienen ligeros spoilers: en la parte que transcurre en la isla, que se verá atacada no solo por los dichosos escualos hipervitaminados, sino también por otras extrañas criaturas. Y justo, cuando se está celebrando una gran fiesta. Me estás diciendo, que los organizadores no exploraron antes el lugar, para cerciorarse que no hubiera peligro alguno para los asistentes. Se ve que no, que lo único que les interesaba era hacer caja, y si palmaba alguien pues oye, habrá sido cosa de la ensaladilla rusa.
Otro pero tiene lugar con los varios deus ex machina a lo largo del metraje. Uno o dos están bien, pero, abusar de los mismos, puede hacer que el espectador ya se tome a coña todo lo que sucede en pantalla. Lo cuál es una lástima, ya que, si no hubieran abusado tanto de los mismos, el resultado final hubiera sido diferente.
Es cierto que este tipo de filmes, no se caracterizan por ofrecer argumentos sesudos. Pero, leñe, al menos hazlo medianamente coherente. Algo que tenía la uno, y que aquí, salvo en algunos momentos, brilla por su ausencia.
Pero no todo van a ser peros. Uno de los aciertos es, como no podía ser de otra forma, Statham. Su carisma ya merece pagar el precio de la entrada. El intérprete inglés, se mueve como pez en el agua en este tipo de producciones y es uno de los mejores actores de acción que hay hoy día.
Otro de los aciertos son las escenas de acción. Algunas más creíbles que otras, todo hay que decirlo. Y que, seguro, nos mantienen con una sonrisa en la cara, debido a lo increíble y ridículo de la situación que plantea. Para muestra, la fotografía que se ve unas líneas más arriba.
Una cinta que cumple, sin más. No llega al nivel de la uno, y eso es algo que supone una ligera decepción. Se supone que, por regla general, las secuelas tienden a ser más grandes que sus predecesoras. Aquí han intentado hacerlo, pero, no lo han terminado de conseguir.
Si os gustó la primera, darle una oportunidad a su segunda parte. Os hará pasar un buen rato, pero poco más. Una lástima la verdad. Ojo, y a mí me gustó, pero se le podía haber sacado más chicha si hubieran ido por otros derroteros.
A continuación, el tráiler:
No hay comentarios:
Publicar un comentario