domingo, 29 de enero de 2023

película: La ballena

Hoy os traigo una de las candidatas a los premios de la academia que se van a celebrar próximamente. Y es que en la categoría de mejor actor, el interprete de la entrada de hoy lo tiene casi asegurado, salvo sorpresa mayúscula. Su rol lo tiene todo para alzarse con el premio, tal y como pienso explicar en futuros párrafos. 


Dirigida por Darren Aronofsky, y escrita por Samuel D. Hunter adaptando a la gran pantalla su propia obra, la trama nos cuenta como Charlie, Brendan Fraser, un profesor de literatura pasa sus días encerrado en casa tras una tragedia personal. Viendo próxima su muerte, intentará reconciliarse con su hija Ellie, Sadie Sink.

Tras un parón de cinco años, Aronofsky regresa a nuestras pantallas para ofrecernos un duro retrato sobre el amor, la soledad, la superficialidad de nuestros días y la redención. Este último tema, es el que esta más presente en la filmografía del cineasta neoyorquino, y que forma parte de gran parte de su filmografía. Baste recordar El luchador o La fuente de la vida.

Si algo ha caracterizado al realizador de Requiém por un sueño, es por llevar al límite a todos sus personajes. Sus cintas son bastante duras, que dejan al espectador bastante tocado. No por contener violencia extrema o o imágenes violentas, algo de lo que no hay ni rastro aquí, sino por mostrar emociones a flor de piel y mostrar el lado más cruel y oscuro de los seres humanos.

Todo lo que se ha dicho acerca de la interpretación de Fraser es acertado. Incluso me atrevería a decir que se quedan cortos. El intérprete de La momia da muestras de su talento para el drama, algo que ya hizo en la muy recomendable Dioses y monstruos. Pero aquí Fraser realiza una interpretación de las que marcan un antes y un después en la carrera de un artista.

Dos secuencias dan buena muestra de ello. La primera de ellas cuando se derrumba delante de su hija. La segunda es la del atracón de comida. Es aquí donde Fraser lo da todo, y uno no puede sino sentir tristeza por un personaje que busca la muerte tras sufrir una tragedia personal, y que quiere reconciliarse con la única persona que le importa, aunque la misma este dolida por su comportamiento pasado.

Fraser está ayudado por un maquillaje, que le asemeja a aquellas personas que sufren de obesidad mórbida, lo que les lleva a recluirse en su casa la mayor parte del tiempo para no sentirse juzgados, ni observados por aquellas personas que tienen un físico opuesto al suyo. Están enfermos y lo saben, quieren salir del circulo vicioso en el que están, pero, a la vez, no pueden escapar del mismo debido a las sustancias adictivas que contiene la comida basura, la cual compone su sustento diario.


La cinta es casi una obra de teatro. Su formato es cuadrado, tiene una única loca

lización y cuenta con tan solo seis actores, además de los ya mencionados, habría que nombrar a Hong Chau como Liz, la enfermera y amiga de Charlie; Samantha Morton como Mary, la ex mujer de Charlie; Ty Simpkins como Thomas, un miembro de una iglesia que busca salvar a Charlie y Sathya Sridharan como Dan, el repartidor de pizzas.

Me pregunto si Aronofsky alguna vez va a cambiar de género, y ofrecer a sus seguidores, entre los que me incluyo, obras más ligeras. Tal vez no se sienta cómodo cambiando de género, pero es algo que sin duda debería probar. Cuando uno acaba de ver un film suyo, sabe que ha visto una buena película, salvo en el caso de Noé, pero sale molido anímicamente.

Es una cinta que recomiendo ver, tanto por la historia y dirección como por la ya mencionada interpretación de Fraser. Eso sí, recomiendo verla con un estado de ánimo alto u óptimo. Si la veis tocados, o bajos de ánimo, probablemente salgáis peor a como entrasteis. 

A continuación os dejo con el tráiler:


Como ocurrió con la entrada anterior, Marta pondrá su opinión sobre la entrada de hoy. Adelante:

Esperando su estreno como agua de Mayo después de tantos meses oyendo hablar sobre todo de Brendan Fraser, había que ir a la primera sesión del mismo Viernes del estreno. 

Y desde luego se notaba que la gente le tenía ganas porque, aunque la sala no llegaba a estar llena, se notaba que la gente ansiaba verla. 

Ubicada en un solo escenario, su apartamento,  conocemos la historia de Charlie (Brendan Fraser). Un solitario profesor que da clases en la universidad a distancia y que vive solo autodestruyéndose a base de comida y mas comida basura. Solo cuenta con la ayuda de Liz (Hong Chau), enfermera, que le ayuda a subsistir llevándole la comida. 

Durante la semana en la que nos adentramos en la vida de Charlie conoceremos a su ex-mujer, Mary (Samantha Morton), y a su hija adolescente, Ellie (Sadie Sink), por la que parece tener debilidad, a pesar de el rechazo de esta. 

Parece que solo una cosa parece llenarle de paz: cuando Thomas (Ty Simpkins), irrumpe en su apartamento como un supuesto predicador de una organización espiritual y cuando Charlie siente que está a punto de morir, le pide al desconocido muchacho que le lea una redacción sobre Moby Dick que tiene en su mesa. Un escrito supuestamente de uno de sus alumnos y que al final del film, descubriremos porqué ese texto es tan importante para él. 

En la oscuridad de su apartamento, siempre avergonzado de su aspecto físico, Charlie nos irá descubriendo los recuerdos que le atormentan y le han llevado a tener su oronda apariencia. 

Charlie sabe que no le queda mucho tiempo e intentará sentirse en paz consigo mismo y con los demás. 

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