martes, 17 de septiembre de 2019

libro: El peregrino

Si en una entrada anterior, os hablé del camino de Santiago desde una perspectiva divertida, ahora toca hacerlo desde su otra cara, de una mucho más terrorífica y sangrienta. Donde las risas quedan aparcadas, y el horror hace acto de presencia. Los lectores que se acerquen a este libro, lo más seguro es que reconozcan los parajes que se encuentran descritos y que forman parte de la ruta que forman parte de la ruta de los peregrinos. Pero seguro que una vez lo acaben, o mientras lo leen, seguramente sientan un escalofrío al preguntarse si ellos, en alguna ocasión, no se han sentido vigilados por el villano de la entrada de hoy.

Escrito por Alfonso Zamora y con prólogo de Joaquín Rodríguez, la trama nos cuenta como David PJ, a quien sus amigos llaman PJ, decide hacer el camino de Santiago tras una promesa a su fallecido padre. Lo que el joven ignora, es el horror que se encontrará en su camino, en forma de la figura de El Peregrino, que regresa después de 50 años para saldar una cuenta pendiente.

Tal y como se puede ver por el argumento, la figura del villano puede recordar, salvando las distancias claro está, con la figura de Pennywise, el payaso malvado de It, una de las mejores obras de Stephen King. Pero no solo la figura del autor de Maine, se puede observar en la que es la novela más reciente del escritor de la saga De Madrid al Zielo, sino que también me pareció apreciar, o al menos así lo creí, guiños a la más que apreciable segunda entrega de Warlock Warlock el apocalipsis final, y como no, también a las leyendas y mitos que pueblan el norte de España, Galicia en especial con sus meigas.

En esta ocasión, Alfonso deja a los muertos vivientes aparcados, por ahora, y se adentra en un terror más sobrenatural. Poco a poco nos va presentando a sus personajes, y nos mete en situación. Una vez nos ha metido en la misma, no se anda con paños calientes y comienza la carnicería. Para ello, no se corta un pelo a la hora de describir las masacres que hacen tanto el villano, como sus lupinos acompañantes, quienes no le dejan ni a sol ni a sombra.

Pese a que un giro de guión se ve venir casi a mitad de novela, el autor sabe mantener a los lectores enganchados con unos personajes a los que acabas cogiendo cariño. De forma especial a dos de los protagonistas principales, y a dos de los secundarios. Los cuales serán de gran ayuda en el devenir de los acontecimientos, puesto que, cuando eran pequeños, tuvieron un encuentro con el peregrino, y ahora regresa para saldar una cuenta pendiente con ellos, ahora que son mayores y, en teoría, se encuentran indefensos y sin fuerzas. De ahí que dijera, unas líneas atrás, que el personaje me recordase a Pennywise.

Uno de las cosas que más me gustó de la novela fue, el modo en que el autor describe el camino de Santiago y los paisajes que lo rodean. Mientras lo leen, y de la forma en que están explicados, a uno le entran de agarrar su cámara de fotos, una mochila e irse a hacer el camino de Santiago, y sacar fotos de los lugares que forman parte del mismo. Y es que, el peregrinaje no solo sirve para conocer gente, sino también para encontrarse a uno mismo, superarse y cumplir una promesa que ha hecho a un ser querido o a uno mismo y que se hizo para salir de un momento complicado en su vida.

El villano, como no podía ser de otra forma, es un cabronazo de tomo y lomo. No solo tiene poderes sobrenaturales, sino que también disfruta usándolos y torturando a sus futuras víctimas. Para él, no son más que alimento, futuros trofeos con los que alimentarse él y a sus seguidores. Los manipula, juega con ellos, y cuando ya están a punto de caramelo, procede a su ejecución.

Con esta nueva obra, el autor demuestra que le tiene  bien cogido el pulso al terror, y pese a no alcanzar el nivel mostrado con su debut, lo que no quiere decir que el libro sea malo, si que demuestra que sabe como mantener enganchados a los lectores con una novela entretenida y amena. Ideal para pasar unas horas distraídas, ahora que viene el mal tiempo. Y si queréis aumentar la sensación de terror, esperad a que llueva con truenos, que solo una luz os ilumine y acompañad a PJ en su peregrinaje.

Si os gustan las novelas de terror que beben de las tradiciones españolas, y que presentan villanos sobrenaturales, dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.




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