lunes, 27 de febrero de 2017

libro: Reyes del cielo

Cuando un escritor que ha cosechado buenas críticas con sus obras anteriores decide cambiar de público, el cambio que hace se suele mirar con lupa. Eso es lo que ocurre con la entrada de hoy, el autor ha llevado su carrera dentro del género de terror para adultos con no pocas escenas sangrientas y violentas. Su nuevo trabajo está enclavado dentro de la literatura juvenil, y ha salido airoso del reto que se había planteado. Una space opera que no concede un momento de respiro a los lectores, con su propias razas y planetas lo que sin duda hay que agradecer y que demuestra que tal vez no todo esté escrito y pensado dentro de del género de las aventuras espaciales.

Escrito por Francisco Miguel Espinosa el libro nos cuenta la historia de Oz, un huérfano humano que un día recibe un holocromo que le anuncia que será el vencedor de la gran carrera galáctica y que corona a  los ganadores como Reyes del cielo y que se celebra cada cuatro años. Desde ese momento su único pensamiento será crear una nave que le permita participar en el evento. Lejos está de imaginar las aventuras que está a punto de vivir.

Novela que pese a estar destinada para un público juvenil, la pueden disfrutar de igual forma los adultos. Es un libro que entretiene desde sus primeras páginas, pese a que el comienzo del mismo tenga un carácter trágico el mismo pasa un segundo plano cuando la aventura entra en escena. El escritor nos mantiene enganchados en todo momento, gracias a unos personajes y una narrativa ágil y muy visual.

En primer lugar hay que destacar la narrativa. El autor nos transporta de un mundo a otro desde el momento en que comienza la carrera, cada uno con sus características y razas propias, con sus fortalezas y debilidades. Los planetas que nos presenta el autor nos permite hacer volar nuestra imaginación, y demuestra que no todo está dicho dentro de la ciencia ficción. Que tan solo hace falta pensar en nuevos mundos que no hayan sido pensados antes para transportar a los lectores a aquellos lugares del espacio que aún no han sido descubiertos y explorados.

Francisco consigue hacer su libro bastante visual, para ello se sirve de unas descripciones bastante cinematográficas. Uno puede parar un momento la lectura del libro, cerrar los ojos e imaginarse en una pantalla grande las situaciones que nos acaba de narrar. Ver las naves surcar los cielos, los combates en el espacio o las numerosas situaciones de peligro son solo algunos ejemplos de lo que los lectores que se acerquen a este libro se van a encontrar.

Los personajes son lo mejor del libro sin duda alguna. Empezando por el protagonista Oz, que es el elegido para ganar la próxima gran carrera galáctica. Es un personaje que se enfrenta al peligro cara a cara, y que demuestra su valía en no pocas ocasiones. Recuerda a héroes clásicos de la mitología como Teseo o Perseo. Oz es un protagonista que cae bien desde el inicio, demuestra tener carisma, mucho talento y determinación que le serán esenciales para salir airoso de las numerosas situaciones de peligro en la que se verá envuelto a lo largo de su aventura.

Pero si hay un personaje que consigue despertar las simpatías de los lectores es Rem, la piloto amigo de Oz a quién conocerá antes del comienzo de la carrera y que demostrará ser una aliada muy valiosa. Rem es una mujer decidida, con carácter y que empujará a Oz a hacer locuras que ni se le habían pasado por la cabeza hasta el momento en que la conoce.

Hacia la mitad de la novela el autor mete dos guiños al universo de Star Wars. El primero es el nombre de una sociedad secreta que lucha por buscar la paz y que recibe el nombre de Orden 66, nada que ver con la que decreta Palpatine al final de La venganza de los Sith. El segundo es el de los escudos trifase y que serán de gran importancia en el enfrentamiento final entre Oz y el villano encarnado por el capitán Haunt. Ambos escudos tienen los colores rojo y azul, por lo que no resulta nada complicado ver el guiño a los sables láser empuñados por Luke Skywalker y Darth Vader.

El universo que nos presenta el autor es bastante racista, las razas se miran con recelo entre si y los terrícolas no están bien vistos. Por lo que Oz tendrá que esforzarse el doble si quiere ganarse el respeto de sus contrincantes, que le ven como alguien débil y que no será capaz de finalizar la carrera.

A pesar de que el libro es autoconclusivo, el autor deja una puerta abierta a futuras aventuras ambientadas en el universo que ha creado. No en vano ya en la presentación adelantó a los asistentes que tenía un glosario con los planetas y sus razas, lo que sin duda será bastante interesante de leer. Como si lo que nos hubiera mostrado en Reyes del cielo fuera solo la punta del iceberg.

Un libro que supone una sorpresa agradable por parte de su autor, cuyo salto a la literatura juvenil se ha saldado de forma notable.






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