jueves, 16 de marzo de 2017

libro: Pasaporte de bruja

Hoy de nuevo vuelve a aparecer por este blog una autora que llevaba tiempo sin hacerlo. El libro es continuación de su obra, ya reseñada aquí hace algún tiempo, Brujas, magos e incrédulos en la España del Siglo de Oro. Una vez más la escritora nos descubre las partes más curiosas y que permanecían desconocidas, para ofrecernos un ensayo que gustará tanto a los amantes de la historia como a los que quieran saber más acerca de estos seres mágicos y del papel que jugaron no solo en la historia, sino también de la influencia que tuvieron dentro de nuestra literatura y pintura.

Escrito por María Lara Martínez y con prólogo a cargo de Laura Lara Martínez, el libro supone un ensayo muy ameno que realiza un estudio detallado de la brujería tanto en nuestro país como al otro lado del charco. A través de sus 8 capítulos la escritora muestra a los lectores que no todas las brujas eran malas, ya que algunas eran curanderas que solo buscaban hacer el bien en la gente.

Una vez más la autora ha vuelto a conseguir que recuerde la razón de porque me gusta la historia. Mediante un lenguaje ameno la autora nos presenta la figura de estas hechiceras que ya forman parte del imaginario colectivo, y cuyo término vale tanto como apelativo cariñoso como para usar en tono despectivo. Todo depende de como se diga.

Resulta cuanto menos curioso comprobar como en no pocas ocasiones, eran el miedo y la incultura de la gente lo que hacía que estas mujeres fueran juzgadas por la inquisición. Este tribunal no solo se encargaba de emitir autos en contra de judíos y musulmanes para que abrazaran la religión cristiana, sino que también los emitieron contra estas mujeres que, salvo en raras ocasiones, se dedicaban a hacer buenas obras entre la población puesto que se dedicaban a curar los males que tenían las personas que acudían a ellas.

A la hora de hablar de la brujería en España, resulta imprescindible hablar de Zugarramurdi ya que fue en esta población navarra donde se llevaron a cabo los juicios contra las brujas. Pero no solo había brujas en esta localidad navarra, puesto que también se encontraban en Levante, Cataluña, las dos Castillas o Galicia, de aquí viene el famoso dicho "haberlas, haylas, el caso es encontrarlas".  Es en estas tierras donde se encuentra una de las brujas más famosas como fue María Soliña, y que fue acusada injustamente de brujería por personas que la tenían envidia por su posición económica. Pero al no poder juzgarla por algo material, fue juzgada debido a que sus delatores afirmaban que la veían por la noche bajar a la playa a realizar sortilegios para que el mar le devolviese los cuerpos de su marido y su hermano, fallecidos en una cruenta batalla contra los turcos.

Un aspecto que me resultó bastante curioso fue uno de los métodos que utilizaban los tribunales a la hora de juzgar si una mujer era bruja o no. Este era el de arrojarla al agua y si flotaba se le consideraba que era bruja. Mientras leía este pasaje, no pude evitar acordarme de la famosa escena de Los caballeros de la mesa cuadrada de los Monty Python. Algo que pensaba que era inventando no era así.
Otro hecho que me sorprendió es que Halloween ya se celebraba aquí desde hace siglos. Las fiestas que aquí se realizaban servían para salvar las almas de aquellos que habían fallecido y para alejar los malos espíritus, que se alejan con el tañido de las campanas tal y como afirma la autora en un cuento que le contaba su abuelo en Villaconejos de Trabaque (Cuenca).

Pero la brujería no solo tenía lugar en nuestro país, en Sudamérica también existían estas mujeres que utilizaban sus dones tanto para beneficiar a las que acudían a ellas como para perjudicar a otros. Para ello se servían de jabones a los que habían lanzado un maleficio y que enterraban en la puerta de aquellos que eran objeto de la maldición. Así y debido al aumento de lo que se creían brujas, tribunales encargados de juzgarlas fueron creados en localizaciones como Perú, México o Argentina. De nuevo la envidia y la incultura hacían acto de presencia.

Incluso hoy, en pleno Siglo XXI, hay países que siguen creyendo en la brujería y son capaces de las peores atrocidades posibles. No solo en países menos desarrollados como Gambia, Tanzania o en Colombia se cometieron asesinatos por la creencia que las personas que habían sido ejecutadas eran brujas maléficas, sino que también en los Estados Unidos ocurren estos asesinatos por la creencia que las víctimas eran brujas. Incluso los responsables de estas muertes se amparan en atacar a minorías religiosas, con la creencia de que son brujos como ocurrió en Kenia en 2008 cuando 11 personas fueron quemadas acusadas injustamente de un cargo de brujería.

El penúltimo capítulo del libro está dedicado a Miguel de Cervantes y la influencia que las brujas y los seres mágicos ejercieron sobre su obra, sobre todo en Don Quijote de la Mancha aunque también se puede notar la influencia que la alquimia y la magia en La ilustre fregona o El coloquio de los perros.

Una obra amena y que gustará a todos aquellos que busquen conocer más acerca de las brujas en nuestro país y como la creencia en su existencia ha llegado a nuestros días, hasta el punto que en Suazilandia pueden volar con su escoba mientras no sobrepasen los 150 metros de altura o que en Islandia se siga creyendo en la existencia de los elfos y los beneficios que estos seres mágicos pueden traer a todos aquellos que topen con ellos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario