Dirigido por Stevan Railey en 2015 y que se ocupa también del guión junto con Peter Ettedgui, el documental supone un acercamiento a la figura de este astro del séptimo arte. Su vida profesional y personal son analizadas con detalle en un reportaje que hará las delicias, tanto de los aficionados al cine como de aquellos seguidores del que fuera protagonista de La ley del silencio.
Con una duración cercana a las dos horas, el documental es una verdadera gozada. Desde que debutara en Hombres, la carrera de Brando supuso una de las más intensas a la par que interesantes del séptimo arte. Provisto de un gran talento a la hora de dar vida a sus personajes, como de una personalidad difícil de controlar ambos elementos dieron como resultado a una figura icónica del séptimo arte.
El principal atractivo del documental reside en que es el propio Brando quien ejerce de narrador de la historia de su vida mediante los numerosos archivos de audio que grabó en vida. Todo lo que los espectadores van a ver y oír es al intérprete hablando de sí mismo, por lo que tan solo vamos a conocer su opinión. Lo que no quita para que aparezcan aquellos aspectos menos amables de su faceta personal: las declaraciones en contra de Coppola, el controvertido rodaje de El último tango en París, la condena en la cárcel de uno de sus hijos y el posterior suicido de su hija tengan cabida en el metraje.
Si bien algunas de las anécdotas que aparecen en el documental me eran conocidas, otras en cambio han sido una sorpresa. Baste citar como ejemplo más claro el nacimiento de su primer hijo: al nacer el intérprete se negó a que su padre viera a su primer nieto debido a la mala relación que existía entre ambos.
Pese a que ya por oír a Brando en versión original ya merece la pena darle una oportunidad, el documental se hubiera visto enriquecido, al menos en mi opinión, si el director hubiera incluido entrevistas u opiniones de aquellas personas que llegaron a coincidir en algún momento con Brando. Conocer otros puntos de vista hubieran enriquecido más si cabe este reportaje.
Pero lo indicado en el párrafo anterior, es el único lunar que se le puede encontrar a un documental de 10. Este reportaje permite sumergirse a los espectadores y conocer más a una de las figuras clave del séptimo arte. Si bien tiene en su contra unos cuantos fiascos tanto taquilleros como interpretativos, a su favor cuenta con no pocas interpretaciones memorables lo que hace que la balanza se acabe inclinando en favor de lo bueno.
En resumidas cuentas:
Lo mejor: todo.
Lo peor: nada destacable.
La imagen: Brando derrumbándose ante las cámaras de televisión tras una tragedia personal.
El momento: el inicio del documental con una recreación digital de la cabeza de Brando mientras oímos su voz.
La secuencia: el final del documental que coincide con la muerte del personaje de Marlon Brando en El Padrino.
A continuación el trailer:
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