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Escrito por Javier Trescuadras y publicado por Kelonia Editorial, es una antología de 16 relatos más un epílogo, en la que el autor recurre a algunas de las figuras más clásicas del terror como son las brujas; los alienígenas; los científicos locos; los cazadores de demonios y por supuesto los fantasmas y los zombies, para ofrecernos un coctel en el que todo está sincronizado como un reloj suizo.
Si ya de por si es complicado hacer una antología entre varios autores, dejando fuera relatos que de por sí ya hubieran merecido entrar, imaginad lo que supone para un solo escritor ofrecernos 16 relatos y mantener el tipo en la mayor parte de ellos. Todos los relatos molan, pero si hay uno que destacaría por encima del resto, sería el que tiene como protagonista a un casero bastante infame y con unos fantasmas que vuelven para pagar una deuda contraída con el dueño de su vivienda.
Ya solo por esta historia, la más larga de la presente antología, ya merece la pena la compra de este libro. Javier nos cuenta una historia que hemos podido ver antes, pero de nuevo está en la forma en cómo lo narra lo que hace que nos mantenga en tensión desde sus primeras páginas. El relato va cogiendo velocidad poco a poco, hasta llegar a una conclusión que hace que nos estemos mordiendo las uñas y que no queramos que se acabe. Así de adictivo resulta.
El resto de relatos que componen la antología, cómo he indicado en unos párrafos más atrás, nos traen recuerdos de figuras claves del horror. De esta forma, en los relatos de zombies no nos cuenta nada nuevo, pero si que consigue que la historia sea lo bastante interesante y adictiva, y porque no decirlo una de ellas con bastante humor negro, que hace que nos olvidemos que con los muertos vivientes ya todo está escrito. Ojo, no digo que sean malas, dista mucho de serlo, pero hoy día casi todo está inventado en este género del terror.
El único pero que se le puede poner a la presente antología, es que el autor se ha cebado demasiado con los personajes. De todos es sabido que un escritor de terror, ha de hacérselo pasar mal a sus protagonistas, pero una cosa es eso y otra muy distinta hacerles putada tras putada. En algunos momentos, uno quiere que el creador de los relatos les de un respiro, cosa que por desgracia no llega a ocurrir en algún momento, y uno lo pasa mal no pudiendo ayudar a algunos de los personajes de las historias, con otros uno no puede sino alegrarse de su destino. Así de cabroneiros somos los seres humanos en algunas ocasiones.
El epílogo que nos plantea el autor, es una especie de juego y metaliteratura, cuando todos los personajes de las historias se juntan en un bar un tanto peculiar, donde conocerán su definitivo punto y final. Es una especie de broma y uno cuando la lee ha de aceptarla como tal. Si ha participado antes en la propuesta, por qué no hacerlo en su capítulo final?
La edición está muy bien cuidada, muy bien maquetada y el autor tiene mucha madera. Posee una buena prosa y sabe enganchar a los lectores desde las primeras frases. Pero no solo hay homenajes a la literatura más clásica del horror, sino también a cintas que están ligadas con el suspense y el terror. De esta forma, no es difícil encontrar guiños en algunas historias a Arrástrame al infierno; Carretera Perdida; Braindead o Escalofrío, tan solo por mencionar los más evidentes.
Si os gustan las historias de terror, en la que cosas cotidianas pueden ser el inicio de la peor de vuestras pesadillas, no lo dudéis y haceros con esta antología. Seguro que no os vais a arrepentir de la compra. Aquí os dejo en enlace de la editorial por si queréis haceros con el libro: http://www.kelonia-editorial.com/Tienda/product.php?id_product=98
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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