Según reza el dicho, no hay dos sin tres. Es lo que pasa con la entrada de hoy, en la que por tercera vez nos volvemos a encontrar con esta panda de amigos, que unidos harán frente a cualquier peligro que se les ponga por delante. Pero en esta ocasión, lo harán entre dos mundos. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, y veamos que nuevas peripecias les esperan a esta pandilla.
Escrito por Ana Coto Fernández, e ilustrado de nuevo por Kike Alapont a quien ahora se une Javier Ara, la trama nos cuenta como mientras disfrutan de un agradable campamento, Marco, Jorge y Cristina se verán obligados a viajar al mundo de la luna roja para rescatar a su amigo Gonzalo. Allí conocerán nuevos aliados, quienes les serán de gran ayuda para derrotar al ladrón de estrellas.
Sorpresa más que agradable la que me llevé al leer esta nueva aventura. Y es que la carga de aventuras esta más presente que en las anteriores entregas, las cuales podéis leer aquí y aquí. En esta ocasión el grupo de amigos tendrán que echar mano de su imaginación más que nunca, a la vez que tienen que cerrar del todo viejas heridas para seguir adelante en su viaje.
Una de las cosas que más me gustó fue la critica, nada velada, que realiza la autora al mundo digital, y las consecuencias que ello acarrea a los más jóvenes. Usarlas en su justa medida es correcto, pero no estar todo el rato pendiente del correspondiente dispositivo electrónico. Es precisamente el uso continuado de un dispositivo, lo que marca el inicio de esta nueva aventura de nuestros amigos.
Lo que la autora critica es el abuso desproporcionado que se realiza de estos dispositivos. Y lo que se pierden los jóvenes que abusan de ellos. Oportunidades de realizar actividades al aire libre con los amigos, disfrutar de un libro, pasear... Pero si su mundo gira en torno a los juegos electrónicos, acabarán enganchados a una vida artificial, y sin querer saber nada del mundo real que les rodea. El cuál resulta mucho más interesante y atractivo que el artificial.
Otro de los puntos a favor, es que historias secundarias que transcurren a la vez que la principal se van desarrollando a medida que nuestros amigos van avanzando en sus peripecias. Lo que es un punto a su favor, ya que tanto ellos como los lectores no saben lo que va a pasar a continuación, lo que te hace seguir leyendo para saber como continua la historia.
Y por supuesto, tal y como he dicho anteriormente, lo mejor del libro es el tono aventurero. El espíritu de Stranger things o Los goonies es más que evidente, al menos para el que suscribe. Resulta complicado no acordarse de ambas pandillas a la hora de referirse a las aventuras de nuestros amigos, pero en la creación de la autora la magia juega un papel bastante importante, a la vez que las leyendas, mitos y cuentos que suceden en el mundo de la luna roja.
En cuanto a las ilustraciones, pues poco me queda por decir que no haya dicho ya cuando he hablado de estos libros. Son una verdadera maravilla, y en cuanto ves a las pelotitas Pin, Pon y Pan te entran ganas de adoptarlos enseguida, y es que son adorables. Me pregunto si alguna vez sacarán peluches o funkos de los mismos. Desde aquí lanzo la propuesta a Ana.
Los personajes están muy bien perfilados y dibujados, a la vez que vemos como van creciendo, ya que los rasgos de algunos protagonistas no son los mismos que tenían cuando lo vimos por primera vez, sus rasgos han ido cambiando, lo que indica el paso del tiempo.
Una vez más la autora nos habla de la importancia de la amistad, y de lo importante que es permanecer unidos e ignorar los malos comentarios, que no hacen sino meter cizaña y crear conflictos entre las personas, que es el poder del nuevo enemigo. Pero también nos habla del perdón, y de saber perdonar los errores que han cometido nuestros seres queridos.
En esta tercera aventura, y espero que no sea la última, la autora nos vuelve a enganchar con una trama simple, que no infantil a pesar de que sea el público objetivo de los libros, y que nos engancha, lo que hace que el libro se devore en un suspiro, si sois ávidos lectores.
Un libro recomendable para todos aquellos que tengáis adolescentes o niños pequeños, o, simplemente para todos los que aún conservan en su interior a su niño interno y que dejan salir de vez en cuando. Una vez más, enhorabuena tanto a la autora como a los ilustradores. Seguid dándonos estas alegrías.
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