Bruce Springsteen es el jefe, Michael Jackson fue el rey del pop, pero en el mundo del rock and roll solo puede haber un rey, y ese no es otro que Elvis. Quien ahora goza de un biopic a la altura de su leyenda, y que pude ver el pasado viernes con mi pareja, gran seguidora del cantante sureño. A ambos nos gustó mucho, y en la siguiente reseña os voy a poner mi opinión acerca del mismo.
Dirigida por Baz Luhrmann que se encarga del guión junto a Jeremy Doner, Sam Bromell y Craig Pierce, la trama nos cuenta la vida de Elvis Presley, Austin Butler, bajo el punto de vista de su manager el coronel Tom Parker, Tom Hanks, a lo largo de su vida y hasta su temprano fallecimiento.
Interesante biopic que tiene su punto fuerte en las interpretaciones de sus dos protagonistas principales. Butler está muy bien dando vida a Elvis, su forma de moverse, los tics típicos del rey, o su forma de cantar hace que por momentos los espectadores estén viendo al cantante sureño revivido.
En cuanto a Hanks poco hay que decir que no se haya dicho ya a estas alturas. En este film está bastante alejado a los roles a los que nos tiene acostumbrados. Aquí da vida a un cabronazo de tomo y lomo, que únicamente se preocupa por si mismo y que le da igual lo que le pueda pasar a su representado.
A lo largo de su metraje, el director no solo muestra la evolución de Elvis como cantante, como su fulgurante ascenso al estrellato, posterior caída y redención, sino también de la sociedad estadounidense. De los momentos de la América más racista, con el asesinato de Luther King jugando un papel importante en un determinado momento de la trama, hasta el asesinato de Robert Kennedy, el director nos muestra como el cantante sureño supo adaptarse a los continuos cambios que se iban produciendo en el pueblo norteamericano, no solo mentales sino también musicales, con el desembarco del rock británico en las figuras de los Beatles y los Rolling Stones.
A lo largo de sus casi tres horas de metraje, las cuales pasan en un suspiro, Luhrmann nos muestra a Elvis en los momentos más importantes de su vida. Por supuesto que ha dejado fuera algunos, de otra forma la duración del film hubiera sido superior, pero que sin duda hubiera sido interesante de ver.
Algunos de estos momentos, como me comentó mi pareja una vez acabada la cinta, fueron cómo Elvis comenzó a engancharse a las pastillas durante su periodo militar o el momento en el que coincidió con Sinatra en un programa que el cantante neoyorquino hizo a modo de homenaje al cantante sureño. Esta actuación se puede ver al final del film a modo de clip, junto con diversos vídeos del Elvis real.
Si bien me gustó el film, lo vi algo edulcorado, es decir, el director pasa de puntillas sobre las adicciones del rey, pese a que las mismas se nos muestren en pantalla en el último tercio del film. Sin duda hubiera sido interesante ver la parte más oscura del cantante. Pese a ello es un detalle menor y que no eclipsa en absoluto el resultado final del film que es lo que importa.
Tal y como he mencionado anteriormente, la caracterización de Butler es espectacular. El momento en el que da vida a un Elvis fuera de forma, cantando al piano Unchained melody y a continuación se nos muestra un clip del verdadero Elvis cantando el mismo tema hace que uno se quede con la boca abierta.
Si podéis ver la película os recomiendo que lo hagáis en versión original, pese a que yo la vi doblada. Según he leído Butler clava el acento sureño y la entonación de Elvis a la perfección, y esperemos que tanto él como Hanks estén en la lista de nominados a los Oscar en la próxima celebración de la gala, puesto que ambos se lo merecen.
Tanto si sois fans de Elvis, como del rock o los biopics, este es un film que no deberíais dejar pasar.
A continuación el trailer:
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