sábado, 22 de julio de 2017

pelicula: Lobo

El hombre lobo es, junto a Drácula y Frankenstein, uno de los grandes íconos clásicos del terror. Varias han sido las películas que, con mayor o menor fortuna, se han acercado al mito del licántropo. La mayor parte de ellas enclavadas en el género del terror, si exceptuamos el caso de la comedia Teen Wolf y la versión descafeinada de este monstruo como fue Crepúsculo sobre la que mejor será correr un tupido velo.


Dirigida por Mike Nichols en 1994, la cinta nos cuenta como tras volver de un viaje de negocios el editor Will Randall (Jack Nicholson) atropella a un lobo y es mordido por el animal al bajar del coche para comprobar su estado. Poco a poco empezará a notar cambios, tanto en su vida profesional al enfrentarse a su pupilo Stewart Swinton (James Spader) y a su jefe Raymond Alden (Christopher Plummer), como sentimental al entablar una relación con Laura (Michelle Pfeiffer) hija de su superior.

Interesante acercamiento por parte de Nichols al mito del licántropo. En vez de tirar por el terror puro y mostrarnos escenas sangrientas, el realizador de El graduado prefiere mantener la sangre en un segundo plano y ofrecer a los espectadores un terror más psicológico. De esta forma va mostrando a la audiencia los cambios que se van sucediendo en el personaje de Nicholson, que pasa de una personalidad tranquila a otra totalmente opuesta.

Uno de los grandes aciertos de la cinta recae en el maquillaje creado por Rick Baker, uno de los grandes especialistas en este campo. Baker se vale de diversas prótesis y lentillas para crear unos hombres lobo eficaces. No necesita de más para hacer creíble a los espectadores la transformación de Nicholson en hombre lobo. Esta no era la primera ocasión que Baker se encargaba de los efectos de maquillaje de un hombre lobo, suyos son los magníficos efectos de Un hombre lobo americano en Londres que le valieron, con todo merecimiento, el Óscar correspondiente a efectos de maquillaje.

El reparto es otro de los elementos a destacar. Nicholson vuelve a ofrecer una buena interpretación en una nueva incursión dentro del género de terror. Sin ser una de sus mejores interpretaciones, consigue con poco esfuerzo mantener la atención de los espectadores en todo momento. Siempre es un gusto verle actuar, y aquí vuelve a demostrar porque está considerado uno de los mejores actores de la historia de Hollywood. Pfeiffer, en la que fue su segunda colaboración con Nicholson tras Las brujas de Eastwick, sale airosa del enfrentamiento y aguanta bien el tipo. La actriz realiza una buena interpretación y su química con Nicholson es más que evidente. Por último Spader está muy bien como pupilo trepa y cabrón, que no duda en putear al que fue su maestro para subir puestos en la empresa.


El pero que se le puede poner al film es la realización de su director. Si bien Nichols ha dado muestras de su buen hacer con cintas como Closer o Armas de mujer, aquí no termina de encontrarse del todo cómodo. A la cinta le falta la fuerza de otras películas de terror de la época como el Drácula de Coppola, o el Frankenstein de Branagh. No es que sea horrible, dista mucho de serlo, es entretenida y supone un buen acercamiento al mito del licántropo. Pero sin duda se le podía haber sacado mucho más partido al guión, ganador del premio Saturn, otorgado por la Academia de ciencia ficción, fantasía y terror, de ese año.

Hacía mucho tiempo que no veía esta película. En su momento me gustó mucho, sobre todo por la interpretación de Nicholson y por la belleza de Pfeiffer, uno de mis amores platónicos de siempre y que aquí aparece guapísima. La volví a ver hace poco y, si bien me mantuvo entretenido y el recuerdo que tenía de ella apenas cambió, la recordaba mejor de lo que era. Pese a ello merece la pena darle una oportunidad, sobre todo por el placer de volver a ver juntos a sus dos intérpretes principales.

Si os gustan las cintas de licántropos que no abusan de la sangre, y que dan un nuevo acercamiento al mito dadle una oportunidad.

En resumidas cuentas:
Lo mejor: Nicholson, Pfeiffer, Spader y el maquillaje de Baker.
Lo peor: más garra le hubiera venido bien.
La imagen: el primerísimo plano de Pfeiffer que cierra el film.
Lo(s) momento(s): un escritor explicando a Randall la maldición del licántropo, el encuentro entre Randall y Stewart en el baño.
La secuencia: el enfrentamiento entre Stewart y Randall.
La frase: hueles a tequila a un kilómetro de distancia (Randall a uno de sus compañeros de trabajo).

A continuación el tráiler:




2 comentarios:

  1. Coincido contigo en "lo mejor" y "lo peor", le falta algo de terror licántropo. Una de las partes que más me gusta es cuando Randall va descubriendo sus "poderes".

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  2. Muchas gracias por tu comentario, me alegro que te gustase la entrada

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