lunes, 10 de julio de 2017

libro: Cenizas

Tras la pausa que supuso su incursión en el género de aventuras, el escritor Juan De Dios Garduño vuelve al terror con la secuela de Y pese a todo uno de los trabajos que más alegrías le ha dado. Su regreso no podía haber sido mejor, a su regreso el escritor demuestra a sus lectores que no se le ha olvidado como asustarles e incluso se atreve a rozar el gore en determinados fragmentos del libro. Veamos pues que nuevas aventuras les deparan a los protagonistas de la primera parte, a la vez que conocemos a nuevos personajes y nos reencontramos con otros que ya aparecieron en El arte sombrío.

Diez años después de los sucesos de la primera parte, los supervivientes han rehecho sus vidas en Villa Salvación. Todo parece ir bien hasta que la amenaza de los albinos regresa, y esta vez no vienen solos.

A diferencia de la primera parte donde las relaciones entre los personajes primaban sobre la acción, en la secuela ocurre a la inversa. El autor decide poner las cartas sobre la mesa desde el comienzo de la novela, y ofrecer a sus lectores un relato que apenas concede un momento de respiro y que engancha desde el principio. Al igual que ocurría en Y pese a todo, aquí no hay lugar para los golpes de humor. El paisaje y situaciones que nos describe el autor van acordes al mundo apocalíptico donde se desarrolla la acción: un mundo frío y desolado, donde el sol está oculto por las nubes y apenas hay espacio para el amor y la esperanza.

El gran acierto del libro es, sin duda alguna, el sorprendente giro que sirve de enlace entre éste con Y pese a todo y El arte sombrío. Una trilogía inesperada en donde los personajes de uno y otro solo cruzan sus caminos en Cenizas. Esta revelación hace que tengamos que ver los hechos acontecidos en la primera parte bajo una nueva perspectiva. Y nos muestra que todos los acontecimientos forman parte de una partida, en la que los personajes son los peones de fuerzas poderosas.

Que Stephen King es una de las grandes influencias del autor es algo evidente. No resulta complicado ver el peso del novelista de Maine en esta obra. Sobre todo por la aparición del villano principal que recuerda, y mucho, a la némesis principal de los protagonistas de Apocalipsis y La torre oscura. Pero en su nueva obra el escritor sevillano también rinde homenaje a Lovecraft en un par de momentos bastante sangrientos. Incluso lanza un par de guiños a obras de otros compañeros de letras en un par de instantes de la novela.
El villano es de lo mejor de esta novela, y cuya presentación en El arte sombrío nos mostraba tan solo una pequeña parte de lo que podía llegar a hacer y el alcance de sus poderes. Algo que en Cenizas lo hace con mucha mayor amplitud. Y pese a ello uno entiende la motivación de sus actos, una vez se nos revelan los mismos, pese a ser más que reprobables.

Con esta nueva obra el autor nos ofrece un festival de desmembramientos y sangre que hará las delicias a los aficionados al terror más sangriento. Con esta novela Juande da rienda suelta a su vena más cabrona, nos regala muertes bastante escabrosas y nos presenta a dos personajes humanos que no tienen nada que envidiar a los monstruos albinos, puesto que son capaces de cometer las mayores atrocidades sin arrepentimiento ninguno. Mientras que matar está en la naturaleza de estos seres sobrenaturales, las muertes a cargo de los seres humanos es por simple placer.

En esta secuela el escritor nos describe no pocas secuencias de acción, y demuestra tener bien cogido el pulso a la hora de narrarlas. Para ello se sirve de un lenguaje bastante cinematográfico y nos pone en situación enseguida. Algunos de estos momentos resultan impresionantes, sobre todo con los diversos encadenados de muertes que se van sucediendo, donde unos pocos párrafos le bastan al autor para cargarse a la gente de un plumazo, o en la parte final del libro cuando no paran de sucederse los acontecimientos.

Una segunda parte que no decepcionará a aquellos que disfrutaron de la primera. Con su vuelta al terror Juande demuestra tener bien cogido el tono a este género, tanto en la creación y descripción de personajes como a la hora de narrar los instantes más sangrientos y cargados de adrenalina. Así Cenizas equilibra la balanza intimista que tenía Y pese a todo, con altas dosis de adrenalina.

Un buen libro que nos trae de vuelta al terror a uno de los autores clave de este género de un tiempo a esta parte en nuestro país. Esperemos que, tal y como ocurrió con su primera parte, la secuela sea adaptada a la gran pantalla. Ya que cuenta con los elementos necesarios para ser trasladada al cine, y ofrecernos un espectáculo tan entretenido como lo fue Extinction.











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