Dirigida por John Frankenheimer en 1998, la trama es la siguiente: un grupo de antiguos soldados y que ahora se ganan la vida como mercenarios, entre los que se encuentran Sam, rol de Robert De Niro; Vincent, papel de Jean Reno y Gregor, con los rasgos de Stellan Skarsgard, con contactados por Deirdre, interpretada por Natasha McElhone, para que se hagan con un maletín con un misterioso contenido. Comienza la aventura.
Con estas breves líneas se resume el argumento del film. Por supuesto que me he dejado personajes fuera, así como una subtrama, pero lo he hecho aposta. Desvelar más sería estropear algunas de las sorpresas y giros que tiene la cinta, y son un par de ellas por lo que cuanto menos se sepa de la misma mejor todavía. Cuando la vi en su momento en cine, solo sabía lo que he puesto en el párrafo anterior que es como uno tiene que ver según que tipo de películas, cuanto menos se sepa de su argumento mejor.
Lo mejor de esta cinta sin duda alguna son sus persecuciones, rodadas de modo artesanal, con especialistas, es decir, a la antigua usanza que es como mejor se hace la acción. No digo que los efectos digitales no molen, pero donde estén los films de antes hechos sin apenas efectos especiales que se quiten muchas películas actuales de acción. Sin ir más lejos, uno de los ejemplos más claros lo encontramos este año en Mad Max, que tiene efectos digitales, pero en su mayoría es artesanal. Que un señor de 70 años venga a enseñar como se hacen escenas bien hechas de acción, manda narices.
El reparto es bastante sólido. Algunos de sus actores ya habían hecho cine de acción antes, para otros era su primera vez, y todos ellos se desenvuelven de forma bastante sólida. A ello ayuda que muchos de sus intérpretes, ya tuviesen a sus espaldas una sólida carrera en la actuación, lo que ayuda a hacer más creíbles sus personajes. Tienen sus motivaciones para comportarse en la manera en que lo hacen, y ninguno de ellos es perfecto. Tienen sus defectos y cargan con pecados de sus pesados, pero son profesionales que saben realizar su trabajo de forma eficaz.
La trama de la cinta gira en torno a un mcguffin, en ningún momento sabemos que demonios esconde el maletín, eso no es lo importante. Lo que de verdad importa, es lo que impulsa a los personajes a hacerse con el mismo, caiga quien caiga en el proceso. Los protagonistas de la cinta no son grandes atletas, capaces de grandes proezas o tienen grandes músculos. Son seres humanos normales y corrientes, lo que demuestra que para ser actioner no hay que tener un físico portentoso.
Frankenheimer no era la primera vez que hacía cine de acción, se considera uno de los grandes dentro de este género, sobre todo gracias a su contribución con joyas como El tren; French Connection 2; Domingo Negro o El mensajero del miedo, por citar algunos ejemplos. Era un realizador que sabía dotar a sus cintas de tensión en los momentos precisos.
A modo de curiosidad, el guión fue escrito por el dramaturgo y realizador David Mamet, quien aparece bajo el seudónimo de Richard Weisz, debido a que se desilusionó al compartir crédito con el otro guionista J.D Zeik. También existe un final alternativo, donde el destino de uno de los personajes es muy distinto a la conclusión que vimos en cines.
Recomiendo verla si os gustan los films de acción, en donde las acciones de los personajes importan tanto o más que los tiroteos, persecuciones o explosiones. Si ya la habéis visto, siempre es un buen momento para revisionarla y ver que tal ha aguantado el paso del tiempo. En opinión de quién esto suscribe, nada mal.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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