Muy buenas a todos. Hoy de nuevo toca reseñar libro, y vuelve a aparecer por este blog un autor de que ya comentamos otra obra, pese a que esta es posterior a la hoy se reseña. Y se nota la evolución de un escrito a otro, pese a que esta sea más personal de la que ya se comentó en su momento. Esta es mucho más deprimente y con una visión bastante cruda de nuestro mundo. Pero no adelantemos acontecimientos todavía, acompañadme a un viaje de tres personas en el que el destino de la humanidad, quedará sellado para siempre. Listos? Allá vamos.
Escrito por Francisco Miguel Espinosa, de quién ya analizamos Cabeza de Ciervo, la trama es la siguiente: en un futuro apocalíptico, la humanidad está practicamente extinguida. Apenas hay supervivientes, y los que quedan vivos hacen todo lo posible para seguir así. Todo es obra de un misterioso hombre conocido como Fox, quién vive en África y espera que alguien acabe con él. Hacía el continente negro se dirigen tres personas: Nate; Luis y Alice, cada uno de ellos con sus propios motivos para matar al causante de la destrucción de la civilización tal y como la conocíamos.
Sorprendente novela que se lee bastante rápido, poco más de 200 páginas. y pese a ser la segunda obra del autor, ya se empieza a notar una madurez que quedaría confirmada en su siguiente trabajo. Pese a que tiene algunos errores de impresión, y a alguna fantasmada que otra, los aciertos sin duda ganan a los fallos, y es por lo que hay que valorar este libro. Que conste que como siempre aquí se expresa mi opinión. No es la primera, ni seguramente última reseña de XXI, puesto que hay otras anteriores, y cada una distinta de las otras, como ha de ser.
La novela consta de 5 capítulos largos más 4 breves, en el que cada uno de ellos iremos conociendo a los protagonistas del libro. Todos ellos tienen su momento de lucimiento, incluido el villano. Así, a través de las páginas somos testigos de como poco a poco, sus historias se van entrelazando para llegar a una conclusión, que por supuesto no voy a desvelar, que puede pillar a contrapie a aquellos que no estén acostumbrados a leer literatura ambientada en un futuro apocalíptico.
Hay un par de momentos, que de nuevo no voy a destripar, en el que uno se enfada por el autor. No tanto por lo que pasa, que por supuesto tiene que ver, sino por como lo describe. Pese a que uno ya tenga hecho el estomago a ver escenas crudas, ya sea en series, películas, en los informativos de televisión o en novelas, cuando lees algo que te impacta, uno no puede sino cabrearse por lo que acaba de leer. En mi caso tuve que hacerlo un par de veces, como para creerme si lo que acababan de leer mis ojos acababa de pasar.
Mientras avanzaba en su lectura, una de las primeras obras que acudió a mi mente fue La Carretera de Cormac McCarthy, pero también películas post apocalípticas como la adaptación a la pantalla grande de el autor de No es país para viejos, o cintas como Mad Max. Es decir, filmes donde importan más los personajes y sus acciones, que por los instantes más movidos, que los hay a lo largo de sus páginas.
Uno no puede sino sentir simpatía e incluso lástima, por los protagonistas de la obra, incluido el villano. Francisco nos descibe su situación, de como era antes de la llegada del apocalipsis y como es el mundo en el que les ha tocado vivir. Un paisaje desolador a todas luces, donde la única bestia que queda es el hombre, que ha dado rienda suelta a sus instintos más primarios, y todo porque un iluminado por televisión les ha dicho que lo hicieran.
Y esto es lo que da más miedo, pese a tratarse de una obra de ficción, uno no puede sino temer el que un día un chalado salga por la pequeña pantalla y diga que nos merecemos morir, y que haya gente que se lo crea liando una masacre a escala mundial, con misiles impactando en lugares pacíficos y con virus extendiéndose alrededor del mundo.
Si os gustan las obras distópicas de un futuro apocalíptico, en el que primen más las personas y sus motivos, que los instantes de acción, este es vuestro libro. A mi me gustó y sin duda es un título que merece reivindicarse, puesto que pese a los errores antes mencionados son evidentes, son cosas que uno le perdona al escritor una vez se deja atrapar por la trama y sus personajes.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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