La cinta fue dirigida por el antiguo director de fotografía Jan De Bont y nos contaba la siguiente historia: Después de impedir que el psicópata experto en bombas Howard Payne, interpretado por el ya fallecido Dennis Hopper, asesine a unos inocentes en un ascensor y fingiendo su propia muerte los policias Jack, rol de Keanu Reeves, y su compañero Harry, papel de Jeff Danniels, creen que la pesadilla ha acabado. Nada más lejos de la realidad. Al día siguiente el maniaco informa a Jack que ha puesto una bomba en un bus de Los Angeles, si en cualquier momento su velocidad baja de los 80 km. Una vez consigue subir al bus el conductor es herido y una pasajera llamada Annie y que tiene los rasgos de Sandra Bullock se encargará de conducirlo e impedir que estalle el artefacto.
Bajo esta premisa tan interesante se estrenó el holandés en la dirección de largos tras ser durante muchos años director de fotografía de muchos realizadores como Paul Verhoeven; John Mctiernan o Richard Donner. Tras debutar como director el holandés llevó a cabo una carrera más o menos errática tras las cámaras y no volvió a conseguir un resultado tan interesante como el que obtuvo con su primera cinta.
Tuve la oportunidad de ver este film en el momento de su estreno en cines y lo ví con mi hermana. Ambos salimos encantados de la proyección. Desde luego uno de los aciertos de la cinta es como consigue crear un buen equilibrio entre el suspense y la acción, que practicamente es constante desde que arranca la cinta.
Desde luego el director sabe como mantenernos en tensión, no solo por los diferentes obstaculos que les van apareciendo y que amenazan con que el autobus estalle, si no también porque cualquier intento de evacuar a los pasajeros acabará con identico resultado.
Esta no era la primera vez que Reeves se aproximaba al cine de acción, poco tiempo antes intervino en uno de los mejores thrillers de acción de la década de los 90 como es Le llaman Bodhi, por lo cuál no era un novato en este tipo de género. Años más tarde le llegó uno de los papeles por los que hoy mucha gente le sigue recordando, por supuesto me estoy refieriendo a Neo el protagonista de la trilogía Matrix y que cambió la forma de hacer fx en el cine ya hace 14 años.
Tres años más tarde su realizador se puso de nuevo tras las cámaras para dirigir la secuela, que volvería a contar con Bullock pero no así con Reeves, lo que en su momento se calificó como una de las decisiones más inteligentes de la época en Hollywood. Viendo los resultados del film, no se puede estar más de acuerdo.
Desde luego es una más que aceptable cinta de acción, cuando se estreno hubo quién la calificó como una Jungla de cristal en un autobús, pueden llevar parte de razón. Cierto es que se desarrolla en un único espacio y que un héroe ha de serlo pese a que no quiere ejercer como tal, pero donde Willis aporta socarronería y tiene más espacio para moverse Reeves no llega a tener el protagonista de Luz de luna y por supuesto su espacio es más reducido. Pero servidor se queda antes con la saga de Mclane que con Speed.
Como viene siendo habitual os dejo con el trailer de la cinta analizada hoy:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy y que por supuesto le guste a la que lo ha solicitado.
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