Muy buenas. Seguimos con las reseñas de libros, tal y como dije en la entrada anterior hoy toca de nuevo temática zombie. En esta ocasión se trata de la primera incursión del autor en este género, y he de decir que lo ha hecho de manera notable. Sus anteriores trabajos estaban enclavados dentro de la literatura fantástica y de terror, pero esta ha sido su primera experiencia en el género de los muertos vivientes. Sin más preámbulos vamos con el análisis.
En 1655 unas reliquias fueron robadas de la iglesia de Santo Domingo y se perdieron. 3 siglos más tarde serán halladas en la isla de Gran Canaria, poco sospecharán los que las han encontrado el infierno que han desatado de manera inconsciente.
Hasta aquí puedo leer, como se solía decir en el famoso concurso Un, Dos, Tres. Como he mencionado unas líneas más atrás esta es la primera ocasión en que su autor Miguel Aguerralde escribe dentro de la temática zombie. Y su debut ha sido más que interesante. A diferencia de las anteriores entradas, donde el origen del virus tenía su origen en un laboratorio, Aguerralde vuelve a los orígenes del muerto viviente. Esto es, los zombies tienen más que ver con el vudu y magia negra típica de Haiti, como se ha visto en producciones como Yo anduve con un zombie de Jacques Tourneur o Zombie 2 dirigida por Lucio Fulci.
Como ha ocurrido en sus anteriores trabajos, el autor vuelve a enclavar la acción de manera integra en sus queridas islas, si bien hay flashbacks donde la historia tiene lugar en las zonas próximas a Santo Domingo. Sorprende ver como este cambio de género ha sido un paso más en la carrera de Miguel, hasta ahora sus anteriores trabajos si que habían sido de terror o misterio, por lo que sorprende ver como trataría el tema de los muertos vivientes. El resultado ha sido satisfactorio, al menos en opinión de quien esto suscribe.
Aqui los zombies son los que todos conocemos, son lentos y torpes pero si los protagonistas tienen el más mínimo fallo caerán y pasarán a formar parte de ellos. Los protagonistas de la trama están bien definidos, y de nuevo distan mucho de ser héroes. Son personas que han de hacer frente a una situación que les supera haciendo cosas que antes serían impensables para ellos.
En un momento de la novela los protagonistas están en un cementerio, por lo que es imposible no acordarse de la escena que abría la cinta que puso de moda a los zombies. Por supuesto me estoy refiriendo a La noche de los muertos vivientes de George A. Romero. Ignoro si el autor revisionó este título y posteriores películas de zombies para documentarse o si leyó libros que trataran esta temática, pero a mi desde luego hay partes del libro que me recuerdan a esta cinta y posteriores filmes, no solo de zombies si no también de terror o acción. El malo, sin ir más lejos,es uno de los que da gusto odiar: es rico, con secuaces y hará todo lo posible con salirse con la suya, caiga quién caiga.
Si os hacéis con la obra no os arrepentiréis en absoluto. Os la recomiendo.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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