Desde siempre, el género de mafiosos me ha gustado. Desde sus primeras cintas protagonizadas por James Cagney o Edward G. Robinson, pasando por los filmes de Brian De Palma junto a Al Pacino, las incursiones de Martin Scorsese con Casino y Uno de los nuestros y, por supuesto, la trilogía de El Padrino estas producciones siempre me han llamado la atención. Por eso, cuando se estrenó la entrada de hoy fui a verla sin dudarlo, pese a que me gustó, lo hizo con peros tal y como pienso exponer a continuación.
Dirigida por Barry Levinson y escrita por Nicholas Pileggi, autor de los libretos de las ya mencionadas cintas de Scorsese, la trama nos cuenta como Frank Costello, Robert De Niro, tras sufrir un atentado ordenado por Vito Genovese, De Niro, celoso de su poder decide retirarse de la mafia.
Además de los intérpretes arriba citados, en el reparto también nos encontramos con Debra Messing en el rol de Bobbie, esposa de Frank; Kathrine Narducci como Anna esposa de Vito o Cosmo Jarvis dando vida a Vincent Gigante, autor del atentado contra la vida de Frank.
Cinta bastante entretenida pero que, a pesar de su presupuesto modesto en torno a los 45 millones, ha sido un fracaso en toda regla al recaudar poco más de 5. Lo que es una verdadera lástima, puesto que no lo merece en absoluto. Si bien no llega al nivel de otras producciones con la misma temática, al menos si que merece darle una oportunidad.
Uno de los principales problemas recae en su doblaje. Pocas veces he visto en la gran pantalla un doblaje tan malo. Parece que los dobladores estuvieran leyendo el texto, en vez de interpretar con sus voces lo que estamos viendo en pantalla. Sobre todo se ve en los dos roles de De Niro, quien aquí no tiene a su doblador habitual. Parece que las voces las hubiera hecho la inteligencia artificial, algo que hace que la cinta baje enteros.
Otro punto que resta, y para mi el principal, es la labor de De Niro haciendo de dos jefes mafiosos. Si hubiera sido un solo rol no hay problema alguno, pudiendo quedar el otro reservado para otros intérpretes acostumbrados a desempeñar este tipo de roles. Un Joe Pesci, tal vez Pacino o los actores de Los Soprano Tony Siroco o Vincent Pastore hubieran podido desempeñar uno de los papeles, ya sea Costello o Genovese. Pero un maquillaje que parece sacado de Muchachada Nui, con nariz falsa de por medio, hace que la labor llevada a cabo por De Niro baje enteros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario