Si a cualquier aficionado al terror, le preguntan por sus directores favoritos, posiblemente, una de sus primeras opciones serían Wes Craven. Y es que el realizador de Pesadilla en Elm Street, ha sido el artífice de causar no pocos sustos en las audiencias. En la entrada de hoy, el libro se encarga de analizar tanto su vida, como su filmografía en un ensayo que tiene bastante chicha.
Escrito por John Wooley, y traducido por José Mellinas, el presente volumen, único en nuestro país si la memoria no me falla, se encarga de analizar paso a paso, la vida y obra del realizador que tiene en su haber no pocas cintas que han marcado un antes y un después dentro del cine de terror.
El libro es una autentica gozada, que permite a todos aquellos que se acerquen al mismo, conocer más a fondo la figura del realizador estadounidense. El ensayo consta de 13 capítulos, estando los primeros capítulos están dedicados a explicar parte de su vida, la cuál tendrá una gran influencia en sus filmes producciones posteriores, mientras que Día triste en Elm Street, así como Legado inmortal, sirven como apéndice a la edición original publicada en inglés.
He de decir que, como aficionado al cine, conocía parte de las anécdotas que rodeaban a la figura de Craven. Pero el presente libro, me ha descubierto bastantes cosas que desconocía, lo cual supone un aliciente a la hora de adquirir la biografía.
Si algo queda claro a lo largo de las páginas del presente texto, son las ganas que tenía Craven de salirse de la etiqueta de realizador de cine de terror. Algo que intentó durante toda su vida y que, salvo excepciones, como Música del corazón, apenas consiguió. Algo que otros compañeros suyos como John Carpenter o Sam Raimi, consiguieron en mayor o menor medida. Pero la industria no le permitió salir del género que le dio la fama.
La obra tiene un lenguaje sencillo y ameno, y cuenta con no pocas citas, lo que indica el tremendo trabajo que, tanto el autor original como el traductor, han llevado a cabo a la hora de sacar adelante el libro. Que cuenta tanto con declaraciones del propio realizador, como aquellos que coincidieron con él en algún momento de su vida.
Quizá, por poner alguna pequeña pega, es que ambos autores no se explayan apenas a la hora de dar su opinión sobre la filmografía de Craven. Cierto que hablan de la misma, pero no se mojan a la hora de decir que les pareció cada uno de los filmes que componen la filmografía de Wes, lo cual, en opinión de quien esto suscribe, hubiera añadido más interés a la obra.
Otra pequeña pega, es que el autor derrapa en alguna ocasión a la hora de citar alguna de las secuencias más míticas dentro de la filmografía del realizador de Las colinas tienen ojos. Y es algo que da rabia, puesto que uno se queda con la duda si el responsable de la entrevista se ha visto la filmografía de Craven, o fallo por parte de ambos a la hora de revisar el escrito.
El traductor se ha pegado una buena panzada a currar, puesto que a las declaraciones antes citadas, hay que nombrar la multitud de citas a pie de página que acompañan al libro. Y no estamos hablando de un par precisamente.
El libro cuenta, como no podía ser de otra forma, la influencia que tuvo el realizador estadounidense en generaciones posteriores, así como de los remakes que inspiró décadas después de haberse estrenado los originales. Y es que, como no podía ser de otra forma, Las colinas tienen ojos y Pesadilla en Elm Street son citados en las páginas finales de la obra.
La obra cuenta con multitud de fotos, ya sea del rodaje de las cintas, como de los diversos fotos y fotocromos que acompañaron al lanzamiento del film, ya sea en nuestro país o en el extranjero. Pero no solo los lectores que se acerquen a la obra podrán apreciar los momentos antes citados, sino que también podrán apreciar varios instantes y momentos de la vida personal de Craven. No en vano, tiene para sí dedicado un capítulo entero.
Tanto si sois fans de Craven, como si os gusta saber más sobre los realizadores de cine de terror, este es un volumen que no deberíais dejar pasar. Una vez más, la editorial Appleheead vuelve a ofrecernos un libro que satisface la curiosidad de todos aquellos que somos seguidores del séptimo arte.
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