Si hay una palabra que va asociada al cine de los ochenta, ésta es la del ninja. Gracias a producciones de Cannon, como El guerrero americano, o la trilogía ninja protagonizada por el protagonista de la entrada de hoy, así como por las cintas de la factoría Filmark, estos asesinos misteriosos vivieron un auténtico boom. En la reseña de hoy, el autor nos presenta la figura del máximo representante de este tipo de películas. Así pues, conozcamos algo más de la figura de Sho Kosugi, el rey ninja.
Escrito por Iván Fernández, autor también del ameno ensayo Bruceploitation vuelve al terreno de las artes marciales, para desgranar la vida y milagros de Sho Kosugi, artista marcial que conoció el éxito durante los años 80, y parte de los 90, encarnando a ninjas, ya sea tanto del lado del bien, como para hacerle la puñeta al protagonista de turno.
A lo largo de sus páginas, y a lo largo de diversos capítulos, los cuales abarcan toda la filmografía de Kosugi, así como unos breves apuntes de su biografía, los lectores que se acerquen a este ensayo podrán conocer algo más acerca de la figura de Kosugi. Sus inicios en el cine, su época de esplendor, posterior ocaso y una vuelta por la puerta grande gracias a las redes sociales, todo queda desmenuzado y analizado con gran profesionalidad por parte del autor.
Si bien ya conocía parte de la filmografía de Sho, me alegró descubrir que me faltaban unos cuantos títulos por visionar del artista japonés. Su breve biografía, así como sus inicios en las artes marciales es bastante curioso e interesante. Pocas páginas le bastan al escritor para hacernos una idea global acerca del ninja por excelencia del cine. Una de las anécdotas más curiosas, fue el entrenamiento que tuvo a cargo de un ninja real siendo todavía un crío.
En los siguientes capítulos, el autor va desgranando cada uno de los títulos por los que conocemos a Sho, teniendo un lugar prominente, como no podía ser de otra forma, la trilogía ninja producida por la Cannon, la cual le dio a conocer al gran público. Pese a ser trilogía, las tres cintas no tienen nada en común, salvo el protagonismo de Kosugi, y aún así ni siquiera tiene el mismo nombre, puesto que va cambiando de una producción a otra. Pero aún así, se la conoce como la trilogía ninja al tener como protagonista al artista japonés.
Las cintas, tanto de la Cannon como las que hizo fuera de la misma, están muy bien analizadas y explicadas. Se nota que el autor las ha visto más de una vez, puesto que no da puntada sin hilo en cada una de las que aparecen, y también se nota que ha disfrutado con su visionado. Algo que se transmite a medida que uno va leyendo el ensayo. Iván transmite esa pasión a los lectores, ya que a uno le entran ganas de revisionar algunos de los títulos aparecidos una vez ha dejado de leer el libro. Tanto aquellos que entran en el terreno ninja, como los que no.
Además de analizar las películas, el autor nos ofrece una serie de entrevistas con diversos colaboradores que, en algún momento de su vida, trabajaron con Sho. Ya sea en la dirección o como protagonistas de las cintas, los entrevistados ofrecen su punto de vista sobre como fue trabajar con Kosugi. De esta forma, conoceremos la opinión entre otros de Sam Firstenberg, quien dirigió a Kosugi en la segunda y tercera parte de la trilogía ninja de la Cannon; Franco Nero, que trabajó con Kosugi en la producción que dio el pistoletazo de salida a los ninjas en la productora Golan/Globus o el especialista Steven Lambert.
Como no podía ser de otra forma, el mismo protagonista del libro también es entrevistado. Y es aquí donde hay que poner el único pero al ensayo. Me explico, el autor consiguió contactar con Kosugi, pero el artista japonés es reacio a conceder entrevistas, salvo aquellas que traten sobre sus últimos libros escritos. Iván le consiguió entrevistar, pero las únicas respuestas que obtuvo fueron las relacionadas sobre los manuscritos de Sho.
Y esto es una pena. Pese a tratarse de un ensayo sobre su figura, Sho podía "haber levantado un poco la mano" y contestar preguntas sobre su filmografía, así como por las anécdotas que debieron de suceder en sus rodajes. El artista es muy libre de hacer lo que quiera, pero así da aspecto de huraño, al menos en opinión de quien esto suscribe.
Además de Sho, las figuras de sus hijos Kane, Shane, y Ayeshaa también son nombradas. Sobre todo el primero, que es quién cuenta con una mayor carrera cinematográfica, ya sea al lado de su padre o de forma independiente a él. Baste recordar que Kane aparece, entre otros títulos, en Dead or Alive, El asesino junto a Jet Li y Jason Statham o Ninja 2, al lado de Scott Adkins. Por contra Shane apenas cuenta con títulos en su haber, salvo los que aparece junto a su padre y hermano, pudiendo destacar en su filmografía El último samurai junto a Tom Cruise. En lo que respecta a Ayeshaa, vive apartada del mundo del cine.
Un ensayo divertido, ameno, y que nos permite conocer al completo a Sho. Como no podía ser de otra forma, el libro cuenta con multitud de fotografías y posters, así como de diversas fotografías de Sho. Ya sea en algún momento del rodaje, como en unas fotografías con armas ninja.
Con este libro, la editorial vuelve a dar en la diana y hacernos viajar a nuestra infancia.
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