En 1985 se estrenó Noche de miedo, film dirigido por Tom Holland, creador de Chucky, y que con el tiempo se convirtió en un título de culto. Tres años después conoció una secuela que no obtuvo el mismo éxito que su predecesora. Hoy, más de treinta años después, nos llega en forma de cómica más aventuras del cazavampiros Peter Vincent, con una historia que sin duda hará las delicias de los seguidores de este peculiar héroe.
Basado en una historia creada por Tom Holland, con guión de Ben Meares y dibujo a cargo de Riley Schmitz, el comic nos cuenta como Peter Vincent ha vuelto a ser presentador de televisión cuando, a su pesar, volverá a ejercer de cazavampiros.
Muy entretenido comic, que ya desde sus primeras páginas consigue enganchar a los lectores hasta llegar a una conclusión, que por supuesto no voy a desvelar, que nos deja con la miel en los labios. Se podría decir que este tebeo, ejerce como episodio piloto de lo que está por venir. Y desde luego que, si los siguientes números, que espero se publiquen, mantienen el nivel mostrado aquí, sin duda nos lo vamos a pasar muy bien.
Uno de los puntos fuertes, aparte del guión, es el dibujo. Schmitz ha logrado crear un Vincent que guarda un gran parecido, con su homónimo cinematográfico. Mientras leemos sus peripecias, a nuestra mente acude inmediatamente el personaje encarnado por el ya fallecido Roddy Mcdowall. Tal y como le ocurría al Vincent original, aquí de nuevo la suerte, y sus conocimientos sobre los no muertos, le serán de gran ayuda a la hora de salir airoso en esta nueva aventura.
Aquí nos encontramos a un Vincent más desencantado, más triste, y que parece encontrarse vivo cuando irónicamente se enfrenta a los no muertos. Cuando llega el final del comic, y esta a punto de embarcarse en una nueva aventura a su pesar, vemos que parece algo más ilusionado, pero aún así reticente ante lo que le espera.
Cómo decía hace unos párrafos, el guión es otro de los puntos a destacar. La historia sabe mezclar el drama, con sus buenas dosis de acción, terror y sangre. También hay espacio para el humor, factor del que ya hacía gala la saga original cinematográfica. Incluso hace un guiño a la secuela del film Blade, cinta alejada del espíritu del que hacía gala la película de Holland.
Lo que más mola es la parte que tiene lugar en el lugar de trabajo de Vincent, momento en el que los aficionados a la saga se encontrarán con un viejo conocido, momento que me sorprendió y me agradó bastante, puesto que es algo que no te esperas.
Con esta nueva línea de comics, la editorial Applehead vuelve a ofrecernos un gran entretenimiento a los aficionados al cine de los 80, o de la época del videclub. Y es que el comic se disfruta de principio a fin. Cuando llega el final nos da pena, puesto que lo hemos pasado tan bien leyéndolo que queremos saber más sobre Vincent y sus peripecias.
Si os gustó la película original, no dejéis de leerlo. Seguro que nos defraudará en absoluto.
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