Dirigida por James Kent, y escrita por Joe Shrapnel, Anna Waterhouse y Rhidian Brook, que adapta su obra, la trama nos cuenta como en el Hamburgo de 1945, cinco meses después de finalizado el conflicto bélico, el matrimonio inglés formado por Rachael, Keira Knightley, y Lewis, Jason Clarke, un coronel británico se trasladan a la ciudad alemana para su reconstrucción. Para ello se trasladan a una casa donde viven el viudo Stephan, Alexander Skarsgard, y su hija Freda, Flora Thiemann. Las tensiones entre ambas familias no tardarán en aparecer.
Este es un film de corte bastante clásico, ya que la historia que nos plantea no es novedosa en absoluto. La historia de un triángulo amoroso, o la decisión de quedarse con un amor nuevo que viene a remover una vida amorosa apagada, o seguir con el que se supone que es tu amor de toda la vida, es algo que se ha tratado en otras ocasiones en la historia del cine. Así, a bote pronto se me vienen a la cabeza los casos de Breve encuentro o Los puentes de Madison por poner dos ejemplos en los que la protagonista se debate entre seguir con su vida anodina, o empezar una nueva aventura.
La cinta de Kent nos habla de reconstrucción, no solo de la ciudad, sino también de los sentimientos. No solo entre el matrimonio formado por Rachael y Lewis, sino también entre Rachael y la familia integrada por Stephan y Freda. Rachael no ve con buenos ojos que se queden con ellos, las secuelas de la guerra aún están recientes y para ella todo alemán fue nazi.
Ambas familias arrastran tras de si su propia tragedia personal, y eso es algo que, por desgracia, la guerra ha unido. Por ello, la convivencia, tal vez sea la mejor medicina para sanar esas heridas.
Tal y como he dicho unos párrafos atrás, lo mejor de la cinta reside en su trío de actores. Knightley vuelve a demostrar su talento para el drama, a pesar de que siga demostrando algunos de sus típicos tics que han acompañado a su carrera como intérprete. Aquí hace una interpretación bastante adulta, de una mujer que busca que la quieran y que encontrará el amor, en un ambiente tan inesperado como en el Hamburgo derruido.
Clarke es uno de los actores más en forma del panorama actual, capaz de pasar por grandes superproducciones como Terminator Genesis, a producciones más modestas como El escándalo de Ted Kennedy o incluso pasarse por la recientemente estrenada Cementerio de animales. Clarke tiene para si, en mi opinión, uno de los mejores momentos del film: aquel en el que rompe a llorar cerca de la conclusión de la cinta.
En cuanto a Skarsgard, cumple con su rol de hombre atormentado y demuestra que es más que una cara bonita. Algo que ya demostró en otros roles más serios como en Melancolia de Von Trier o en la serie Generation Kill, pero sin dejar de lado su vena más cómica como sus papeles en las dos partes de Zoolander, claro está sin dejar de lado las superproducciones como La leyenda de Tarzan.
Al decir que la cinta tiene un corte bastante clásico, es que la dirección y la interpretación de los actores recuerdan a las cintas que se hacían hace cincuenta o sesenta años. Y es que el film de Kent, se podía haber hecho con otros actores y directores, y contar la misma historia sin que por ello desentonara en absoluto.
Si os gustan las cintas que cuentan una historia de amor imposible, y en donde los actores brillan con luz propia, no lo dudéis y dadle una oportunidad a la cinta. Seguro que nos os arrepentiréis.
A continuación el trailer:
El día que vendrá se estrena el próximo 12 de Abril.
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