¿Recordáis cuando éramos pequeños? Cuando nos portábamos mal, nuestros padres, tíos o abuelos solían decirnos: si no te portas bien, el hombre del saco vendrá y se te llevará, como hace con los niños malos. Y es que la mención de este ente sobrenatural, bastaba para que nuestra actitud se viera calmada por esos momentos. Pero, ¿Qué pasaría si el mito fuera real? ¿Y si el coco realmente existiera, y viniera no solo a por los niños malos sino también a por los inocentes? De eso precisamente es la reseña de hoy, una gran novela negra con tintes sobrenaturales y que es una más que agradable sorpresa dentro del panorama literario español actual.
Escrito por Javier Trescuadras, la trama nos cuenta como Ela San Martin escapó en 1987 de un peligroso asesino, experiencia que le causó un gran trauma. En 2013, el inspector Germán Corso investiga la misteriosa desaparición de un importante abogado. Lejos están de imaginar, tanto Ela como Germán que ambos sucesos están relacionados, y que pronto ambos tendrán que hacer frente al hombre del saco.
Cuando uno tiene que hacer una reseña ambientada dentro del género negro, como ocurre con la entrada de hoy, resulta complicado no dejarse llevar por el fan que llevo dentro del mismo. Y si a eso, le añadimos que a la trama se le suman elementos de terror y sobrenaturales, pues miel sobre hojuelas.
Aquí el autor conforma un coctel, en el que todos los ingredientes están perfectamente mezclados, y en donde por momentos hay algunos que quedan por encima de otros, según sea el instante. De esta forma, queda un combinado que hará las delicias de cualquiera de los géneros aficionados en el párrafo anterior.
El autor ha sabido crear una novela, en el que todos los personajes que aparecen tienen su importancia en la trama. Pero evidentemente, los dos que más destacan son Germán y Ela. En primer lugar el inspector es un personaje que al poco de conocerlo ya te cae bien. Es un policía duro, y cuya intuición a la hora de resolver casos hace que no sea bien visto entre sus compañeros. Lo que éstos ignoran, es que su intuición le viene por un don familiar que ya creía enterrado. Pero que resultará esencial si quiere resolver el caso más extraño de su carrera policial.
Por así decirlo, se puede afirmar que Corso sería la versión patria del agente Cooper de Twin Peaks, mezclado con Germán Areta, detective protagonista de ambas partes de El crack de José Luis Garci, y con unas gotas del agente Mulder de Expediente X, apodo con el que se dirigen a Corso algunos de sus compañeros.
En cuanto a Ela, al poco de conocerla uno siente ganas de abrazarla, consolarla y dejarla que se desahogue. La joven ha sufrido un gran trauma que sigue arrastrando, y es poco dada a las relaciones humanas. Tiene miedo de la oscuridad, lo que permite al autor autoreferenciarse en un divertido guiño a su obra, y hace que vea al hombre del saco en cada recoveco oscuro. Cuando la conocemos es un personaje triste y hundido, apenas una sombra de lo que fue en su juventud. La cuál se nos narra en diversos flashbacks. Éstos también tendrán su importancia, ya que lo que Ela ignora es que su miedo está estrechamente ligado a los acontecimientos que están ocurriendo en la Murcia del año 2013.
Al ubicar su trama en Murcia, el autor permite descubrir esta región a los que apenas la conocemos o la hemos visitado, a la par que nos demuestra que cualquier rincón de nuestra geografía, también es capaz de albergar monstruos y sus propias leyendas. Eso es lo que ocurre con el Tío Saín, el hombre del saco de Murcia, y cuya leyenda arranca muchos años antes de los sucesos que desencadenan toda la trama.
La parte dedicada a narrar su origen, nos traslada a la España profunda, ignorante y temerosa de aquello que no conocía. Este instante resulta esencial, nos cuenta como surge todo y los motivos que se ocultan tras la venganza del hombre del saco. Esta parte, junto con otra que luego pasaré a nombrar, fue una de las que más miedo me dio. Y no por la truculencia, la sangre o la violencia mostrada, que lo tiene, sino por la forma en la que está narrado por parte del escritor. Aquí más que nunca, se muestra a los lectores que la ignorancia, en ocasiones, puede llevar a cometer las mayores atrocidades a los seres humanos.
La otra parte tiene lugar a mitad de la novela más o menos. Aquí uno de los personajes secundarios desaparece, y cuando despierta conocerá al villano principal de la obra, a quien está detrás de todo y el que maneja los hilos. Pero el lugar donde se descubre la identidad, y la forma en que despierta este personaje, hará que los aficionados al terror más sangriento aplaudan al escritor por la forma en la que está narrado este momento.
El autor construye un buen misterio, con varios saltos en el tiempo que resultan esenciales para completar el puzle. El autor poco a poco va entregando las piezas a los lectores, y en ningún momento los mismos llegan a saber más que los protagonistas de la obra. Cuando llegan los instantes finales, todas las piezas quedarán encajadas y el misterio quedará resuelto.
Y es que la resolución del mismo, al menos para el que esto suscribe, me pilló por sorpresa. La identidad del villano resultó ser sorprendente, y no me la esperaba en absoluto. Pero una vez revelada, uno ve como todo cobra sentido.
Mientras avanzaba en la lectura, y sobre todo en los instantes finales, no podía dejar de recordar Cabal, la novela de Cliver Barker, y sobre todo a su villano principal. Y es que la descripción del saco de arpillera que luce el hombre del saco, me recordó, al menos a mi me lo pareció, al que lucía el antagonista de la obra de Barker. Y es que el saco da la muerte a todo aquel que se lo pone, y hace que vuelva a la vida como un ser sobrenatural en apariencia imparable y con una fuerza descomunal.
El final del libro, que por supuesto no voy a desvelar, lo deja abierto a una futura secuela y que esperemos mantenga el nivel mostrado por su predecesora.
Si os gustan las novelas de misterio con tintes sobrenaturales, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que nos arrepentiréis.
Y de nuevo vuelvo a insistir, con este libro la editorial vuelve a anotarse un nuevo tanto al ofrecer a los lectores una gran novela que satisfará los paladares aficionados a la literatura de género fantástico y negro patria.
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