Después de probar suerte en la literatura juvenil, y de forma posterior en la infantil, el autor Víctor Blázquez vuelve al terreno que más alegrías le ha deparado. Y como no podía ser de otra forma, vuelve a la saga que le puso en el punto de mira de los aficionados a la literatura zombi, en un punto y seguido que retoma la historia once meses después de la conclusión de El cuarto jinete: Destrucción masiva. Así pues volvamos a coger las armas e intentemos sobrevivir a la plaga que asoló el mundo tal y como lo conocimos.
Escrito por Víctor Blázquez, la acción tiene lugar once meses después y nos presenta a un nuevo grupo de supervivientes integrado por Joe, Steve, Lena y Ewan tratando de sobrevivir en un mundo infestado por muertos vivientes, y por otros supervivientes cuyas intenciones distan mucho de ser buenas.
Y como se decía en el programa 1,2,3 y hasta aquí puedo leer. Cuanto menos se sepa del libro mejor, ya que no son pocas las sorpresas que el autor nos tiene deparadas a lo largo de sus páginas, y son unas cuantas. Sobre todo la final, que hará que nos sorprendamos y cambiemos nuestro punto de vista acerca de uno de los supervivientes del grupo de Joe.
Cuando Víctor anunció su regreso al género zombi y a esta saga, no pude sino sorprenderme. Y más cuando afirmaba que todo acabó con destrucción masiva. Pero tal y como se suele decir, nunca digas nunca.
Lo que sorprende de esta nueva entrega es la mezcla de la ciencia ficción, junto con las elevadas dosis de acción, sangre y gore habituales dentro de esta saga. Al autor le bastan pocas páginas para engancharnos, y cuando creíamos que todo acabaría a las pocas páginas Víctor nos sorprende y nos sitúa en un determinado momento esencial en la trama.
Una de las influencias que podemos ver en un determinado momento de la trama es The Walking Dead, al menos me lo pareció a mi, y a uno de sus personajes más odiados como es El Gobernador, interpretado por David Morrisey. Y es que Casey, uno de los villanos de la obra, no tiene nada que envidiar al que fuera alcalde de Woodbury, sobre todo en lo que a hijoputismo se refiere. Y es que la banda que lidera Casey son una banda de sádicos y asesinos, que les harán pasar las de Caín no solo a nuestros protagonistas, sino también a algunos personajes de la trilogía anterior a los que tienen como prisioneros.
Con su vuelta al género z, Víctor demuestra que no se le ha olvidado crear escenas cargadas de acción y adrenalina. Como tampoco el putear a los personajes, algo en lo que el autor parece disfrutar bastante. En esta ocasión parece haber alcanzado nuevos niveles. Cuando creíamos que ya les había puteado bastante, a las pocas páginas nos demuestra que estábamos equivocados.
Una entrega que hará las delicias de los aficionados al género zombi, y que como extra trae en sus páginas finales una versión un tanto peculiar sobre cierta saga de literatura erótica, protagonizada por un millonario aficionado al sado. Una parodia bastante divertida y que nos deja con una sonrisa en los labios, sobre todo tras haber visto como los personajes pasaban las de Caín.
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