domingo, 29 de julio de 2018

cortometraje: La oscura piel del alma

Para los escritores de terror siempre es un gusto ver trasladada su obra en imágenes, ya sea en formato largo o corto.  Dos de los ejemplos más claros los tenemos en las figuras de Clive Barker y Stephen King, que han dirigido algunas de sus creaciones. Ya en nuestro país, dos escritores del género de terror como Juan de dios Garduño, con su cortometraje Fe, y ahora Allan J. Arcal con la entrada de hoy se han atrevido a dar el salto a la dirección y el guión para asustar a los espectadores con sus obras en formato corto.


Escrito y dirigido por Allan J. Arcal, el corto nos cuenta la historia de Carlos, Ruben Faura, quien oculta un cadaver en el bosque de un demonio en mitad de la noche. Al volver a su casa con su mujer Ana, Elvira Tejerina, y su hija Olivia, Aitana Roleytana, se dará cuenta de la horrible verdad.

Con estas breves palabras se puede resumir esta obra, el avanzar algo más sería reventar el giro final que nos tiene deparado el director. Tres son los elementos a destacar dentro del corto: uno de ellos es la atmósfera. Desde los primeros segundos el realizador consigue ponernos en situación y captar nuestra atención con ese comienzo antes mencionado. La acción tiene lugar de noche, momento ideal para asustar más, por lo que la oscuridad no hace sino acrecentar la sensación de desasosiego que vive el protagonista.

Y es precisamente en su protagonista, y en los demás miembros del reparto, donde está otro de los elementos a destacar. La historia está narrada en primera persona, como algunas de las narraciones de Poe o Lovecraft, por lo que los espectadores reciben la información a la vez que el personaje. El intérprete consigue transmitir su sensación de angustia y miedo al verse acosado por un demonio.
Las actrices aparecen en el tercio final del corto, pero su aparición desde luego es de vital importancia. Sobre todo en los casos de Ana y Olivia, ya sea cuando es niña, encarnada por Leyre Roleytana, o en su etapa adolescente con los rasgos de Aitana Roleytana.


Por último, pero no por ello menos importante, es la historia. Ya desde que comienza, nos sentimos intrigados por saber que ha llevado a nuestro protagonista a enterrar a este supuesto demonio en mitad del bosque. Poco a poco, y mediante el uso de flashbacks, se nos va desvelando la historia de Rubén y su familia. Hasta llegar al giro final que nos pilla de improviso, donde se nos muestra que toda mala acción tiene sus consecuencias.

Antes de dar el paso a la dirección. Allan ya había probado suerte en el género de terror con su obra El huerto del espantapájaros, y en el de la fantasía con el comic La colina del recuerdo. En ambos casos, sobre todo en el primero, el escritor sabe como crear atmósferas que den mal rollo y eso ha sabido transmitirlo a su debut como director en el formato de cortometraje.

El cortometraje nos muestra una vez más el famoso dicho que reza, menos es más, y es que en apenas diez minutos la historia nos sumerge en una pesadilla de la que nuestro protagonista quiere despertar. Y todo ello sin apenas sangre, aquí lo importante es la historia y no la cantidad de hemoglobina que se derrama.

El corto ha sido galardonado con multitud de premios a lo largo de sus diversos pases por festivales de terror, ya sea en nuestro país o fuera del mismo. Una vez visto el resultado, uno no puede sino dar la razón a todos aquellos votaron por el mismo.
Tan solo queda esperar a que Allan vuelva a sorprendernos con una nueva historia, y ver de que es capaz en su nueva aventura como realizador de cortometrajes.

A continuación el trailer:




Y con permiso del autor, aquí tenéis el corto:




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