Tal y como indica el título, el libro supone un recorrido por aquellas producciones destinadas a la pequeña pantalla, a pesar que algunas de las mismas se estrenaron entre nosotros en pantalla grande, enmarcadas dentro del género de terror, y en algunas ocasiones dentro también del fantástico. Un estudio bastante interesante que cumple con una doble función: por un lado entretener, y por el otro dar a descubrir muchas producciones desconocidas, al menos en mi caso, a los amantes del terror.
Escrito por Tonio Alarcón, y con prólogo a cargo de Jesús Palacios, el presente volumen nos ofrece un recorrido más que interesante por aquellas producciones destinadas a la pequeña pantalla, y que en algunas ocasiones supuso la plataforma de lanzamiento para futuros realizadores, como Steven Spielberg, o de futuras estrellas, como Harrison Ford. Así como de refugio a viejas glorias como Bette Davis, Joan Crawford o Stella Stevens quienes aportaron su buen hacer y talento a estas cintas.
Las series como Alfred Hitchcock presenta o Dimensión desconocida creada por Rod Serling son, sin duda, el antecedente más claro de las numerosas producciones que aparecen en este libro. No en vano, son citadas en el libro como el anticipo a lo que estaba por venir dentro de la televisión. Algunas de ellas hoy convertidas en películas de culto, como El diablo sobre ruedas o El misterio de Salem's Lot.
A lo largo de sus 8 capítulos, el autor nos va desgranando aquellos nombres y producciones que ya forman parte del terror catódico. De esta forma, los lectores pueden conocer algo más acerca de nombres clave de realizadores como Dan Curtis, Curtis Harrington o John Llewellyn Moxey y que nos legaron títulos como Los enigmas de Karen, Los muertos no mueren jamás o Acoso homicida respectivamente. Estos nombres no los conocía, y ni siquiera me sonaban, hasta que acabé la lectura del libro. Por lo que, tal y como indicaba en el párrafo que inauguraba la entrada de hoy, me han permitido descubrirlos.
Si por algo se caracterizaban estas cintas eran por no contar con un gran presupuesto, por lo que habían de compensarlo con grandes dosis de imaginación y un guión que supiera atrapar a los espectadores. Algunas de ellas lo conseguían, mientras que otras se quedaban por el camino. Es decir, tenían un buen planteamiento inicial pero, bien sea por la falta de medios, por no saber sacar adelante la idea inicial, por no saber dar con el tono adecuado o por que el guión no daba más que para una duración menor, lo cierto es que muchas de estas cintas se quedaron a mitad de camino.
Si en el párrafo anterior mencionaba el guión, es debido a que uno de los nombres esenciales en el terror y el fantástico, Richard Matheson, colaboró en algunas de las producciones que se citan en el libro. Bien sea adaptando historias suyas, como en El diablo sobre ruedas, o ajenas, como Crónicas marcianas de Ray Bradbury, lo cierto es que es uno de los nombres que se cita en no pocas ocasiones a lo largo de las páginas de este ensayo. Y es que Matheson fue uno de los mejores contadores de historias fantásticas y de terror del Siglo XX.
Muchas de estas cintas tenían que eludir la censura. Ya sea por la violencia o por los desnudos, por lo que las muertes se resolvían fuera de campo. Y es que la television no era tan permisiva con mostrar escenas subidas de tono o sangrientas. Aún quedaban un par de años, para que nueva generación de Hollywood y de cineastas enclavados dentro del cine de terror, mostraran a los espectadores escenas con desnudos y sangre. Pero cineastas como Craven o Carpenter, encontraron en la televisión un medio con el que pulir su estilo y ofrecernos de forma posterior algunos títulos clave dentro del terror moderno como Pesadilla en Elm Street o La cosa respectivamente.
Con este nuevo volumen, la editorial Applehead vuelve a traer a los aficionados al cine un nuevo ensayo sobre una época en la que el cine de terror se acercó a las pantallas de los hogares estadounidenses en la cadena ABC, y de forma posterior a nuestro país con su emisión en Estrenos Tv.
Una vez más Applehead ofrece a los aficionados al cine un acercamiento, a una época que permanecía desconocida para muchos aficionados al terror. Y es que este sello editorial cuida sus productos cinematográficos al máximo, mostrando un acercamiento ameno, a la par que bien documentado, al séptimo arte.
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