martes, 6 de diciembre de 2022

monólogo: Miguel Lago. Comedy club

Al fin, tras ver sus monólogos en Youtube, ayer tuve la oportunidad de ver a este gran cómico en directo. Y la espera mereció la pena, puesto que no solo cumplió las expectativas, sino que las superó. Un espectáculo en el que el humorista gallego desarrolló el humor que le ha hecho famoso. Pero que también permite a los espectadores el conocer a un Miguel Lago alejado del personaje que le ha granjeado fama.

Introducido por el también cómico Fer Bleda, al que habrá que seguir y que se ganó a audiencia con su humor irreverente y simpatía, Miguel Lago entretuvo a los espectadores con su espectáculo de hora y media y que, según nos avisó, va variando en función de la semana y los acontecimientos que vayan ocurriendo a lo largo de la misma.

Durante 90 minutos, Lago no dio puntada sin hilo sobre algunos de los temas que levantan ampollas en la sociedad: feminismo; política; telebasura o racismo fueron analizados con mucha mala leche, y no exento de razón, y que causaron no pocas carcajadas en la audiencia.

Evidentemente no voy a reventar los puntos, puesto que estos son innumerables. El humorista disparaba los mismos a velocidad de vértigo, y en no pocas ocasiones fue aplaudido por los asistentes a su espectáculo.

A lo largo del monólogo Miguel Lago tuvo tiempo a todo, incluso a presentarnos a sus hijos. Quienes fueron presentados bajo su prisma particular. Este momento fue bastante divertido, puesto que el orgullo de padre, algo que se le notaba al hablar de los mismos, se le unió su faceta de humorista a la hora de explicar las características de cada uno de ellos.

Uno de mis momentos favoritos fue cuando narró a la audiencia el proceso de adopción de su hijo dominicano. Un desarrollo de acontecimientos que tuvieron un final feliz, pero que no resultó fácil en absoluto. Fue aquí donde el humor dejó paso a la emoción, puesto que tuvo que parar alguna que otra vez, puesto se emocionaba a medida que lo iba narrando.

Fue en estos instantes donde el cómico dejo paso a la persona que es en su día a día. Y no solo logró emocionarnos, sino que, en el caso de quien esto suscribe, mi simpatía por él subió bastantes enteros. Sobre todo por la forma de contarlo, donde el humor también hizo su aparición a pesar de que la situación distaba de ser divertida.

En resumidas cuentas, un espectáculo muy recomendable, donde el humor es la materia principal, pero no es un humor para todos los públicos, puesto que es bastante cáustico.

Antes de concluir la reseña, me gustaría poneros el enlace a la web de la fundación Miguel Lago, en la que podréis hallar información sobre como colaborar, así como las funciones que realizan en República Dominicana. Algo que pude ver ayer echando un vistazo a la página, y que recomiendo que veáis. Lo que podréis hacer si pincháis en el siguiente enlace

Al terminar su actuación, Miguel Lago salió a tomarse fotos con aquellos que quisieran, algo que, evidentemente, hicimos mi pareja y yo:



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