De la segunda guerra mundial se han escrito multitud de libros, ya sea en su faceta histórica o en tono más ligero. Es en este segundo grupo, donde está situada la entrada de hoy. Una obra que recuerda a filmes como Doce del patíbulo o Los violentos de Kelly, puesto que toma elementos de ambas cintas para combinarlas, y cuyo resultado es un volumen que hará las delicias tanto de los amantes del pulp, género del que toma el tono ligero, como de aquellos que disfrutaron de los famosos comics de Hazañas bélicas.
Escrito por Pablo Carnicero de la Cámara, que ya apareció por aquí anteriormente, vuelve al blog para contarnos como en la noche anterior al desembarco de Normandía, el soldado James Villalobos es trasladado a una unidad secreta, junto a otros hombres, para infiltrarse tras las líneas enemigas y hacerse con las joyas conocidas como los dedos de Aignes. Pronto se dará cuenta, que la misión es mucho más importante de lo que le habían dicho en un principio.
Tal y como se puede ver por el argumento, la historia toma un suceso real y trascendente para el devenir del conflicto, el ya nombrado desembarco, para pronto tomar otros derroteros e introducir al lector en una aventura repleta de violencia, acción y traiciones. Es decir, puro esparcimiento, pero con unos personajes bien escritos y que no tardan en ganarse las simpatías de todos aquellos que se acerquen a la obra.
Los momentos violentos están bien narrados, y se limitan a un par de frases, El autor no se regodea en ellos, tan solo nos los describe de manera cruda. No olvidemos que se ambienta en un conflicto que causó multitud de bajas en ambos bandos, donde la población civil fue víctima, algo que Pablo nos resalta en un par de momentos a lo largo del libro.
La historia cuenta con algunos giros interesantes, el principal no se ve venir, o por lo menos en mi caso no fue así, y también con instantes menos amables. En el libro, el escritor apenas concede momentos de relajación a los protagonistas, quienes viven en un estado de tensión y nervios constantes. En los breves momentos en los que encuentran asueto, la tensión de los momentos vividos, o las heridas sufridas anteriormente, vuelven para recordarles que siempre les acompañarán. No importa el tiempo que pase.
Además del desembarco, hay otro detalle real que pudo cambiar el desarrollo de la guerra, y que es lo que esconde el título de la obra. Tranquilos que no lo voy a revelar, es mejor que lo descubráis por vosotros mismos, pero es algo de lo que, seguro, habréis oído nombrar en alguna ocasión si os gustan las anécdotas relacionadas con la segunda guerra mundial.
Un libro ligero, divertido y que os hará pasar un buen rato.
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