Adoro el cine de catástrofes, por regla general cumplen lo que se ve en sus trailers. Esto es: destrucción a cascoporro, grandes efectos especiales, emoción y personajes carismáticos. Algunos ejemplos de este tipo de producciones son Armaggedon, El coloso en llamas, La aventura del Poseidón o El enjambre, por citar algunos de mis títulos favoritos. Pero en otras ocasiones, estos filmes resultan un fiasco y las esperanzas puestas no se ven cumplidas. Es lo que pasa en la entrada de hoy. Bienvenidos a un nuevo apocalipsis bajo la visión de un habitual del género.
Dirigida por Roland Emmerich, que también se ocupa del guión junto a Spenser Cohen y Harold Kloser, la trama nos cuenta como tras una misión en el espacio en la que presencia algo extraño, el astronauta Brian Harper, interpretado por Patrick Wilson, es expulsado de la NASA. Años después, el teórico conspiranoico KC Houseman, rol a cargo de John Bradley, realiza el descubrimiento de que la luna se dirige hacia nuestro planeta. Será el inicio de una aventura contra el tiempo para salvar la Tierra, donde también se verá involucrada la antigua compañera de Harper Jo Fowler, Halle Berry.
Vaya por delante que el cine realizado por Emmerich me gusta. Soldado universal, Stargate o El patriota me encantan. Pero otras veces no suele ser así y me he llevado más de una decepción, a los casos de Godzilla o 2012 me remito. Por eso, cuando se anunció su nuevo trabajo decidí darle el beneficio de la duda. Ya que la premisa parecía ajustarse como un guante a lo que suele ofrecer. Pero aquí nos ofrece una producción bastante desigual.
Es entretenida, al menos no aburre. Los efectos especiales son más que correctos. Y los actores no desentonan. Pero apenas hay escenas de destrucción, la acción va demasiado rápido, ya que tiene una duración de dos horas justas, y lo peor de todo, lo que hace que todo se venga abajo es el guión y el giro o sorpresa argumental.
Es cierto que en este tipo de cine la credibilidad suele estar ausente. Pero una cosa es que lo que nos cuenta sea más o menos veraz, y otra es lo que ocurre aquí. Es un "aguántame el cubata" en toda regla, un no hay huevos o, lo peor de todo, una fumada del tamaño del cañón del Colorado. Ignoro bajo qué tipo de sustancias se escribió el libreto, pero, a tenor de lo visto en pantalla y viendo el resultado final, debieron de dejar sin existencias a Jamaica.
Te puedo comprar en mayor o menor medida lo de la luna aproximándose a nuestro planeta, y las consecuencias que ello acarrea. Pero que intentes que me crea lo de la sorpresa, pues mira majo pero como que no.
Evidentemente no voy a desvelar lo que pasa, así os sorprenderá como me pasó a mí. Cuando se desvela me entraron ganas de decir "enga coño", debido a lo poco creíble que resulta el giro de guión.
Y esto es lo que más me cabrea, que se saquen eso de la manga. ¿Acaso no podían haber pensado algo mejor? ¿Es que no se dieron cuenta mientras lo desarrollaban lo ridículo de la idea? ¿En serio me estás diciendo que al mostrarlo, nadie les dijo nada?
Eeen fin, se echan de menos más escenas de destrucción y varios minutos más no le hubieran venido mal, ya que todo se desarrolla muy rápido. Por lo menos el personaje de Bradley es de lo mejor con diferencia de toda la cinta y se aleja bastante de los clásicos héroes que suelen intervenir en este tipo de producciones.
Si hubiera una suma de películas para definir la última cinta de Emmerich sería la siguiente: 2001+Terminator+2012= Moonfall.
A continuación el trailer:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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