lunes, 14 de febrero de 2022

película: Licorice Pizza

Paul Thomas Anderson ha vuelto a nuestras pantallas, y eso es siempre motivo de alegría. Y es que el realizador de Magnolia, The Master o El hilo invisible, vuelve a mostrar de nuevo su talento a la hora de contar historias, con unos personajes muy bien escritos y, de nuevo, una banda sonora plagada de temas impresionantes. Bienvenidos a la década de los 70, bienvenidos a Licorice Pizza.




Escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson, la trama nos cuenta la historia de Gary Valentine y Alana Kane, los debutantes Cooper Hoffman, hijo del desaparecido Philip Seymour Hoffman, un habitual dentro de la filmografía de Anderson, y Alana Haim, de su historia de amor peculiar durante el verano del 73 en el valle de San Fernando.

Esta es, sin duda alguna, la cinta más ligera realizada hasta la fecha por Anderson, lo que no quita para que también haya momentos para el drama, y los espectadores se encontrarán unos cuantos a lo largo del film. Pero estos quedan compensados por otros más divertidos, o directamente hilarantes, como aquel que tiene lugar con el personaje interpretado por Bradley Cooper, dando vida a John Peters, novio de Barbra Streisand por aquella época.

Hubo momentos en los que el film me recordó a una película de Tarantino, sobre todo en lo que respecta a los diálogos. Los cuales suceden a una velocidad de vértigo, y que consiguen atraparte del modo en el que son interpretados. Y es que uno de los muchos puntos a favor de la cinta es la química que se establece entre ambos protagonistas.

Los dos no parecen debutantes en absoluto, y da la sensación que llevan interpretando toda la vida, a pesar de la juventud de ambos. 19 años en el caso de Hoffman y 30 en el de Alana. Además ambos intérpretes se encuentran respaldados por un reparto entonado, en el que los espectadores se encontrarán con caras poco conocidas, baste citar el ejemplo de la familia de Alana, que son sus familiares en la vida real, como de otras más reconocibles, al ya citado Cooper, nombrar a Sean Penn o Tom Waits, en uno de los mejores momentos de la cinta.

La historia de amor entre ambos dista mucho de ser la típica. Esta llena de momentos de ahora sí pero no, un cliché visto una y mil veces en pantalla. Pero lo novedoso del caso, es que a ello se añade la toxicidad por parte de ambos. Por parte de él que no acaba por decirle sus sentimientos a ella, y se pone celoso cada vez que la ve con alguien. Por parte de ella, su indecisión en todo momento, a pesar de que sabe que Gary pueda ser el amor de su vida, a pesar de la diferencia de edad entre ambos.


El montaje, la dirección, la selección de temas musicales, todo funciona como si se tratase de un reloj suizo. Si acaso por ponerle una pega, es que si bien la historia principal queda cerrada, queda algún que otro cabo suelto, pero que no afecta en absoluto al resultado final visto en pantalla. Pero hubiera estado bien que Anderson, hubiera dado a los espectadores respuestas a esas preguntas que quedan abiertas, lo que sin duda hubiera mejorado más, si cabe, al film.

Esperemos que Anderson, en su siguiente propuesta, siga por este camino. Ha demostrado que es capaz de ofrecer a la audiencia historias ligeras, y es algo que se agradece, ya que la mayoría de sus filmes poseen una fuerte carga dramática. El cambio de género le ha sentado fenomenal, ahora tan solo queda esperar su nueva cinta, y ver con que nos va a sorprender.

Ya que Anderson es uno de los realizadores más en forma de la actualidad, por lo que cada nueva propuesta es recibida por gran alegría por parte de sus seguidores, entre los que me incluyo.

A continuación el trailer:


No lo dudéis y vedla. Seguro que nos arrepentiréis en absoluto.

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