El pasado jueves, tuve la oportunidad de ver esta obra de teatro, de la cual no sabía nada de nada, pero en la cual actuaba Lara de Miguel, a quién tuve la oportunidad de ver en la obra Shock y tenía interés por verla en su nueva obra. Y desde luego que ha merecido la pena, una obra dura, pero a la vez tierna en la que ella, junto con sus compañeros de reparto, nos ofrecen unas actuaciones dramáticas, que les llevan a un nivel físico y mental bastante exigente, y que, sin duda, va a ser una de las grandes sorpresas dentro de la cartelera teatral actual. Un motivo más para acudir a las salas.
Basada en la obra de Laura Wade, adaptada por Miriam Vázquez, que también protagoniza la obra, y dirigida por Óscar Olmeda, que a su vez también la protagoniza, la pieza nos cuenta como Myra, Lara Dibildos, una mujer de mediana edad afronta sus últimos meses de vida debido a un cáncer terminal. Mientras planea su funeral, su familia formada por su marido Alec, Óscar Olmeda, su hija mayor Harriet, Lara de Miguel, y la hija pequeña Jenna, Miriam Vázquez, tendrán que aprender a comunicarse entre ellos y aprender a afrontar el futuro sin la matriarca.
Más que interesante obra, que cuenta con varios puntos a su favor. Uno de ellos son sus actores. Todos ellos rayando a gran altura. He de decir que me sorprendió, y de manera muy favorable la matriarca. Nunca había visto ningún trabajo sobre las tablas de Lara Dibildos, pero su trabajo me ha sorprendido gratamente. Espero que no esta no sea la última obra que vea suya. En cuanto a Óscar y Miriam también era la primera vez que los veía. Óscar está perfecto como marido al que, poco a poco, todo se le va viniendo encima. No sólo se da cuenta de que la mujer con la que ha compartido su vida, no va a estar más a su lado. Sino que también las pequeñas cosas de la casa, como reparar una caldera, ahora se le harán más enormes.
En cuánto a Miriam. es uno de los personajes que sufre una evolución más grande a lo largo de la obra. De ser en principio una chica que solo se preocupa por si misma, poco a poco va evolucionando. Se va acercando a su madre, hermana y padre con los que no guardaba una buena relación. Se podría decir que es la otra gran protagonista de la obra. Prácticamente está en cada una de las escenas de las que se compone la pieza teatral.
Y en cuanto a Lara de Miguel, poco hay que decir. Ya han quedado lejos los tiempos de Compañeros, y se ha ido labrando una sólida carrera en cine, teatro y televisión. En ésta obra está esplendida, y lo da todo desde que entra en escena. Un papel maduro, sobrio y que sin duda le deparará grandes alegrías en un futuro.
Otro de los grandes aciertos es la iluminación, decorado, y la proyección que hay detrás de los actores. Puesto que casi en cada cambio de escena, se nos refleja o bien un cementerio, o bien un bosque. Lugar en el que desea ser enterrada Myra, con un ataúd biodegradable, para así no dañar el medioambiente. Conversación que se dará no solo entre ella y su marido, sino también entre éste y sus hijas, y también entre ellas, que ven como su madre morirá, y quieren hacer realidad su último deseo, pero que a la vez no quieren hacerlo, como si les costará aceptar que en breve desaparecerá de sus vidas para siempre, con tanto por decirse entre ellos, y que aún no se han dicho.
Otro de los aciertos es la selección musical llevada a cabo. Todos los temas, salvo un par, son versiones de temas conocidos por el gran público. Éstas canciones consiguen emocionarnos, puesto que saben tocar la fibra sensible del espectador. Desconozco quién será la cantante de los mismos, pero desde luego sabe poner el sentimiento necesario para que llegue al corazón de audiencia.
Por último, pero no por ello menos importante, es el sentido del humor que aparece. Necesario para poder aligerar en algunos momentos tanta carga dramática. Pero el humor no busca la carcajada, tan solo buscar una sonrisa cómplice por parte del espectador. De otra forma, la obra se haría muy dura de llevar, tanto para los actores como para la audiencia.
Esta obra supone un gran motivo para volver al teatro. Trata el tema de la muerte de un ser querido desde el cariño y respeto. Desconozco si la autora tuvo que pasar por un trago semejante a la hora de poner en pie la obra, pero desde luego que su trabajo es magnífico. Son 90 minutos duros, pero que a la vez nos recuerdan la razón de porque amamos el teatro y la cultura.
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