domingo, 21 de octubre de 2018

teatro: Dos más dos

El pasado viernes tuve la oportunidad de asistir a la representación de la obra Dos más dos, adaptación a la escena teatral de la cinta homónima argentina con guión de Daniel Cúparo y Juan Vera y dirigida por Diego Kaplan. Al no haber visto el original voy a dar mi opinión acerca de su traslación a los escenarios.


Adaptada por Olga Iglesias, Maite Pérez Astorga y David Serrano, la obra nos cuenta como la vida de Adrián, Daniel Guzmán, y Julieta, Miren Ibarguren, que llevan casados hace años y con un hijo cambia cuando reciben la proposición de Silvia, Kira Miró, y Tomás, Álex Barahona, de entrar en el mundo del intercambio de parejas.

Comedia entretenida y que mantiene a los espectadores con una sonrisa constante a lo largo de la representación. Uno de los factores a destacar es la química que se establece entre los cuatro protagonistas, quienes intercambian diálogos divertidos a una gran velocidad y que me recordó, salvando las distancias, a algunas comedias de enredo clásicas.

Dentro de los intérpretes hay que destacar a Daniel Guzmán, que vuelve a demostrar de nuevo su vis cómica, pero que en los instantes finales de la obra saca su faceta más seria al igual que el resto de sus compañeros de reparto. Es Adrián quien no acaba de ver del todo claro lo del intercambio entre parejas, es la parte sensata de los protagonistas y al que la propuesta realizada por sus amigos y a la que no tarda en sumarse su mujer, no acaba de convencerle del todo.

Julieta no tarda en sumarse a la propuesta, harta de la monotonía en la que ha entrado su matrimonio, en donde ambos han entrado en una rutina en la que Adrián se encuentra cómodo, no ocurriendo así con ella. Julieta quiere probar cosas nuevas, salir de la rutina habitual para avivar su vida sexual. Y ve en la proposición lanzada por Silvia y Tomás la excusa perfecta para ello.

Son Tomás y Silvia quienes dan el pistoletazo de salida a la trama. A pesar de llevar juntos 10 años su pensamiento acerca de las relaciones de pareja se aleja bastante del pensamiento que tienen Adrián y, en menor medida, Julieta. Ellos creen en el amor libre y en las relaciones abiertas, y no tienen problema alguno en reconocerlo ante sus amigos. Para Tomás y Silvia es solo sexo, atracción física y poco más. Pero, tal y como se nos revelará en los instantes finales de la obra, en algunas ocasiones no siempre ocurre así. Ya que los sentimientos no tardarán en aparecer.


Y es precisamente llegados al punto donde aparecen los sentimientos cuando la obra cambia completamente. El único que veía que eso podía ocurrir era Adrián, y que todo podía irse al traste entre ambas parejas.

A pesar de su evidente tono cómico, la obra tiene un trasfondo serio y que invita a la reflexión entre los espectadores. La pregunta que se harán los espectadores una vez acaba la obra es si ellos aceptarían hacer intercambio de parejas, si confiarían en su pareja una vez ha tenido sexo con alguien que no es él a pesar de que ha sido con consentimiento mutuo o si es o no infidelidad cuando ambos han estado de acuerdo en prestarse a ese juego.

Una obra que os hará pasar un buen rato y cuya duración, poco más de 90 minutos, pasa en un suspiro, sobre todo gracias a que las situaciones se van sucediendo rápidamente, pero sin llegar a resultar atropelladas, lo que sin duda favorece al ritmo de la obra. Si tenéis oportunidad de verla, dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.

A continuación el tráiler:


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