sábado, 5 de agosto de 2017

pelìcula: Transformers, el último caballero

Cuando voy a ver una superproducción intento no dejarme influir demasiado por las malas críticas, para no ir con un mal concepto de la cinta antes de proceder con su visionado. Aún cuando la gran mayoría de las mismas coinciden en poner mal al film en cuestión. Y pese a esto sigo dando un pequeño voto de confianza, ya se sabe que crítica y público no suelen coincidir en lo que a películas, ya sean taquilleras o no, se refiere. Pero en esta ocasión no puedo estar más de acuerdo a la opinión de los críticos. Ayer vi la última entrega de los Transformers, y la experiencia no pudo resultar más soporífera tal y como voy a explicar a continuación.


Dirigida de nuevo por Michael Bay, el argumento de la cinta nos descubre la llegada de los Transformers a la época del Rey Arturo y su posterior lucha contra los Decepticons en nuestra época. Para ello nuestros héroes contarán con la ayuda de Cade Jaeger (Mark Wahlberg), un lord inglés (Anthony Hopkins) y una profesora de Oxford (Laura Haddock) contra Megatrón y los suyos.

Si ya la anterior entrega me aburrió mucho, decidí darle un nuevo voto de confianza a su realizador. Pero esta quinta parte ha resultado ser peor que la cuarta. Actores con el piloto automático puesto, tan solo Hopkins parece saber donde se ha metido, chistes sin ninguna gracia y una dirección plana, muy alejada de Dolor y Dinero y 13 horas: los soldados secretos de Bengasi, hacen de esta película uno de los peores filmes del realizador estadounidense.

Tres son los grandes problemas de la cinta. El primero reside en la interpretación de sus actores. Cuando tu ves una película, sea del género que sea, te importa lo que les pase a sus protagonistas. Te sientes atrapado por su historia, y por las diversas peripecias por las que pasan hasta la conclusión de la cinta. Aquí no ocurre nada de eso, no logras conseguir conectar con ninguno de ellos, al menos en mi caso, y te importa un comino quien vive y quien muere. No estoy pidiendo que hagan actuaciones dignas de Oscar, pero coño al menos atrae la atención de la audiencia. Wahlberg apenas varía de expresión en todo el metraje, cuando ha demostrado ser un buen actor, la chica está para lucir palmito y Hopkins es el único personaje que te importa lo que le pase.

El segundo problema está en el guión. No pido que esté lleno de grandes frases o discursos, pero hazlo entretenido. Estamos hablando de una película de acción, que se puede resumir en la frase robots dándose de hostias contra otros. Pero es que la historia no está bien contada, y eso que el argumento no podía ser más simple. Los supuestos golpes de humor, por llamarlo de alguna manera, en vez de causar risa dan vergüenza ajena. Y las pequeñas gotas de drama, en vez de conseguir emocionar, provocan el mismo efecto que si estuvieses viendo el Teletexto. Y ya lo de meter al rey Arturo y más adelante a los nazis es de traca.

El tercer problema es la realización de Michael Bay. Es un director por el que tengo simpatía, y que me ha hecho disfrutar con la gran mayoría de sus películas. Pero aquí y en la anterior entrega de Transformers, nada parece quedar del realizador de La roca o Armageddon. Tal vez esté quemado por haber dirigido las cinco partes de la saga y esté harto. Esperemos que deje de lado ya a los robots y vuelva a ofrecernos cintas tan interesantes como las ya mencionadas 13 horas y Dolor y dinero. O que por lo menos se tome un descanso y vuelva con más ganas a dirigir. La sensación que da su labor tras las cámaras es la de estar aburrido, y eso es algo que se transmite a la audiencia.


Los efectos especiales es de lo poco que se salva. Algo normal tratándose de una producción de estas características. Si encima los efectos digitales se notan y dan vergüenza apaga y vámonos. Pero esto no basta para compensar todo lo malo dicho anteriormente. Los efectos especiales no te van a salvar una película, por muy espectaculares que estos sean. Si detrás de ellos no hay una historia interesante, una buena dirección o unas buenas actuaciones se desmorona como si se tratara de un castillo de naipes. Es un producto vacío.

Es una película aburrida, no aporta nada en absoluto. Su duración resulta excesiva y tan solo quieres que se enciendan las luces y olvidar que la has visto. Que una película de acción sea aburrida es delito, y más viniendo de quien viene. Hay personajes que aparecen y desaparecen porque si, ya sean humanos o robots. Situaciones alargadas en exceso, y tantas preguntas que te haces mientras la ves que serían demasiado extensas como para plantearlas aquí. Y que encima lo dejen abierto para otra futura entrega es de traca. Esperemos que el siguiente realizador intente aportar algo a una saga, que debió concluir en su tercera entrega.

No la recomiendo ver en absoluto, hay otras películas que ver y con las que sin duda pasaréis un rato más entretenido que con esto. Y si alguien os dice de ir a verla, recordad el consejo de Gandalf:


A continuación el tráiler:





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