Dirigida y escrita por Guy Ritchie, la cinta nos cuenta como Arturo (Charlie Hunnam) es un joven huérfano criado en un prostíbulo y con contactos con los bajos fondos de Londinium. Al extraer la espada Excalibur de la roca donde está enterrada, Arturo tendrá que hacer frente a su destino y arrebatar el trono a su malvado tío Vortigern (Jude Law).
Tras las numerosas críticas negativas y batacazo en taquilla, el viernes fui a ver la película con expectativas bajas. Y he de decir que, si bien la cinta no es perfecta ni pasara a la historia del cine, en realidad no es tan mala como la pintan. Cierto que hay aspectos que mejorar, pero la película me entretuvo que es lo que le pedía. El acercamiento que Ritchie ha hecho a la figura de Arturo no está mal, el realizador inglés nos ha querido contar el origen de su leyenda y de como formó su alianza con los caballeros de la mesa redonda.
Como no podía ser de otra forma la magia está presente a lo largo del film, ya sea con un comienzo que recuerda, y mucho, a las dos últimas entregas de El señor de los anillos, con la magia negra de Vortigern, con la ayuda de la bruja encarnada por Astrid Bergés-Frisbey y por supuesto con Merlin, quien a pesar de hallarse ausente en la película es nombrado y resulta clave en la leyenda de Excalibur.
Uno de los aspectos negativos en la cinta resulta el uso del montaje acelerado y ralentizaciones, una de las señas de identidad del realizador inglés. Si bien éste funciona en otros filmes como Snatch o Lock and Stock, aquí no está acertado. Esto provoca que su uso en determinadas secuencias resulte fallido, y en ocasiones puede llegar a marear al espectador. Un par de veces no está mal, pero Ritchie abusa de uso varias veces a lo largo del metraje. Y esto hace que la película se resienta de ello.
Otro de los elementos negativos a destacar es el uso, y en ocasiones abuso, de los efectos digitales. Éstos se centran más en parecer espectaculares, cuando en realidad lo que hacen es restar enteros al producto. Aquí, como en muchas producciones actuales, se preocupan más en lucir bien y bonito que en cuidar la historia. Una película no es solo efectos creados por ordenador, ha de tener una trama más o menos interesante y que consiga enganchar a los espectadores. Aquí por desgracia no ocurre.
Y por último el protagonista no resulta muy carismático. Hunnam parece ser que esté interpretando a Jax, su personaje en Hijos de la anarquía, una vez más que en ofrecer su propio punto de vista acerca del monarca inglés. Aquí vuelve a interpretar a un macarra, salvo que en vez de hacerlo en el siglo XXI lo hace en el I. Es una pena, puesto que Hunnam ha dado muestras de su faceta más dramática en otros títulos como Hooligans o la más reciente Z: la ciudad perdida. Aquí no hay apenas progresión dramática, el personaje de Arturo apenas sufre evolución. Pasa de ser un proxeneta a ser rey en un abrir y cerrar de ojos. Esto hace que el personaje no resulte del todo creíble.
Pero no todo van a ser cosas negativas. En primer lugar hay que destacar a sus actores secundarios, entre los que destaca Aidan Guillen, inolvidable Meñique en Juego de tronos, Djimon Hounsou o un Eric Bana que aprovecha sus escasos momentos en pantalla como el padre de Arturo. Todos ellos aportan su buen hacer y resultan más carismáticos y creíbles que el protagonista, sobretodo en el caso de Guillen que con su carisma y cinismo roba cada una de las escenas que comparte con Hunnam.
En segundo lugar destacar la interpretación de Law. El intérprete inglés sabe dotar a su personaje de las dosis necesarias de maldad, carisma y sex appeal a un malo que es de lo mejor de la cinta. Tiene para sí algunos de los mejores momentos, y resulta lo bastante cabronazo para desearle la peor de las suertes. Un gran villano que se come al héroe.
Y por último es que no aburre. No es de los mejores trabajos de Ritchie, pero está lejos de ser el horror que muchos dicen. Cumple con su función de entretener, y con eso basta. También hay que ser conscientes de lo que se va a ver, es decir, cine palomitero y sin ninguna pretensión salvo la de hacer pasar un buen rato a la audiencia. Lo que no quita para que se hubiesen podido mejorar algunos aspectos de la producción. Si éstos se hubieran mejorado, el resultado final hubiese sido distinto y su batacazo, tanto crítico como comercial, menor.
Un blockbuster para pasar el rato y poco más. Si queréis ver a un rey Arturo en condiciones, nada como ver la cinta de Boorman Excalibur, donde se nos ofrece un gran acercamiento a esta leyenda.
En resumidas cuenta:
Lo mejor: Jude Law y Aidan Guillen.
Lo peor: la falta de carisma de Hunnam, el montaje de algunas escenas y el abuso de los efectos digitales.
La suma: Juego de tronos + El señor de los anillos + Lock and Stock = Rey Arturo, la leyenda Excalibur.
El momento: la entrada de Arturo en Londinium al ritmo de The devil and the huntsman de Sam Lee y Daniel Pemberton.
La imagen: Arturo extrayendo Excalibur.
La secuencia: la huida de Arturo y sus aliados por las calles de Londinium.
A continuación el tráiler:
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