Dirigida por Marcello Fondato en 1974, la trama nos cuenta como Ben, Bud Spencer, y Kid, Terence Hill, amigos y rivales compiten por ver quién se queda un minibolido rojo con capota amarilla tras haberlo ganado a la vez tras una competición de rallies. Deciden jugárselo a cerveza y salchichas cuando el local donde están es arrasado por los secuaces del padrino, John Sharp. Al salir los villanos rompen su cochecito, un craso error. A partir de ahora estos dos amigos harán todo lo posible por recuperar su tan ansiado premio.
Adoro esta cinta, no me canso de verla y sigo riendo en los mismos puntos, pese a que ya me los sepa de memoria. Es el encanto que tienen las cintas de este dúo cómico, no importa la cantidad de veces que las pongan, siempre consiguen arrancarte una sonrisa o una carcajada. Sus películas pese a tener casi siempre el mismo guión o trama, en la que nuestros amigos usan sus puños para luchar contra las injusticias, son filmes hechos para toda la familia y sin una gota de sangre o tacos. Es por ello que fueron los reyes del videoclub y programas dobles durante gran parte de los 70 y 80.
Momentos para recordar, son varios. Pero sin duda alguna me quedo con dos momentos, el primero de ellos es la pelea que tiene lugar en el gimnasio del guardaespaldas del villano, al que acuden nuestros amigos para convercerle de que quieren su cochecito, y bueno esto es lo que pasa:
Violencia basada en el slapstick y que arranca carcajadas. Aquí se hizo patente una de las características de la pareja: la hostia a mano abierta y la fuerza de Bud y la agilidad de Terence. Son el gordo y el flaco de las judías y camisetas sudadas. Esta pareja ha hecho mucho por el entretinimiento y diversión de los que ahora estamos o sobrepasamos la treintena. Sigue sin entrarme en la cabeza que los críticos más sesudos sigan poniendo sus filmes de vuelta y media, se ve que los mismos no han tenido infancia o que no saben desconectar a la hora de ver sus pelis, que son puro entretenimiento.
El segundo momento al que hago referencia es al del coro, donde nuestros protagonistas son perseguidos por un famoso e implacable asesino a sueldo, pero este profesional se ve impotente a la hora de cumplir su objetivo, gracias a la picaresca a la que hacen gala ambos amigos, tal y como se puede apreciar en la siguiente secuencia:
Si por algo se caracterizan las cintas de estos dos intérpretes es por la buena química que había entre ambos, algo que se nota a lo largo de sus colaboraciones. Se complementan muy bien, siendo Terence el pícaro pero de buen corazón que no para de aprovecharse de la inocencia de Bud que no se queda corto en el tamaño de su corazón.
Una cinta rodada aquí en España y que pese a tener ya la friolera de 42 años sigue manteniendo intactas sus pretenciones de hacer pasar un buen rato al espectador. Si todavía no la habéis visto os la recomiendo, es una buena forma de rendir homenaje a este gran actor, ídolo de niños que ahora han dejado de serlo y que sabía como impartir justicia sin recurrir a un lenguaje soez o violencia injustificada.
A modo de homenaje, Joaquín Reyes le imitó a la perfección en este sketch que comparto con vosotros y que es sin duda uno de los más divertidos de Muchachada Nui:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy. Estés donde estés Bud, gracias por todo.
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