Escrito por David Prieto, y acompañado en las ilustraciones por Pablo Uría la trama es la siguiente: hay un mundo de fantasía alejado del nuestro, donde las facciones del bien y del mal luchan por hacerse con la piedra de la luz, que terminará decantando la batalla por un lado u otro dependiendo de quién la posea. Un día, un aventurero de esta tierra roba la piedra y llega a nuestro mundo, perseguido por sus enemigos. Mientras tanto, en nuestra realidad, el adolescente rebelde Gabriel, ve que algo no funciona bien en su instituto, por lo que se embarca en una aventura difícil de olvidar junto a sus compañeros Galia y Melvin para salvar a toda la humanidad.
Muy interesante libro de literatura juvenil, pero que puede ser disfrutado igual por los adultos dispuestos a pasar un rato entretenido mientras lo leen. Es una obra destinada a todo tipo de públicos, ya que tanto los más mayores sabrán apreciar algunas referencias literarias y cinematográficas de fantasía, como por los más jóvenes que descubrirán gracias a esta obra, otras que son esenciales para entender este género literario, que tantas alegrías nos ha dado, y que sin duda lo seguirá haciendo, a lo largo de los años.
En primer lugar voy a hablar del autor, para luego hacer lo mismo con el ilustrador. Es la primera vez que leo una obra de este autor, y espero que no sea la última, ya que me ha dejado muy buen sabor de boca. El estilo que utiliza es ágil, lo que sin duda favorece su lectura y hace que se lea en un suspiro. Tanto en el mundo mágico, como en el real, describe muy bien las situaciones y los personajes, haciendo que tengamos cariño por nuestros protagonistas, pese a que en un primer momento Daniel por sus acciones, hace que no nos caiga del todo bien en un principio, cosa que luego se va solucionando a medida que avanza la trama. Capítulo aparte merece el antihéroe Halfred Daillleby, del que nos gustaría saber más, puesto que resulta lo bastante carismático para interpretar sus propias aventuras.
Continuando con David, he de felicitarle por los hábiles giros de guión que tienen lugar en el tercio final de la novela, y que por supuesto no voy a desvelar, ya que os reventaría toda la trama y sería una verdadera pena. Pero no los vi llegar hasta que ocurrieron, y me sorprendieron todo hay que decirlo. En esta última parte, la referencia a La Historia Interminable es más que evidente, ya que los protagonistas escriben la obra inacabada de la aventura que están viviendo, en el libro del hermano de uno de ellos que han cogido prestado para avanzar en su destino.
Ahora toca hablar del ilustrador, cuyo trabajo sirve de perfecto complemento a las palabras de David. Las ilustraciones de Pablo molan mucho, y recuerdan mucho a las que acompañan las portadas de las obras de fantasía, e incluso algunas de comics, por como dibuja a los personajes. Tal vez nosotros nos los imaginabamos de una forma, pero el dibujo del ilustrador nos hace que lo veamos de forma distinta a como lo habíamos hecho hasta entonces. Me gustaron bastante, ya que siendo simples, guardan mucha chicha como se suele decir, a la vez que se nota el cariño que ha puesto a la hora de hacerlas.
De nuevo es una pena que este tipo de autores no sean más conocidos, puesto que tienen talento para que el gran público les conozca, y se sorprenda de lo que nos tienen que contar. Hay que seguir apoyándoles, para que nos sigan ofreciendo muestras de sus obras.
Si os gusta la literatura fantástica, a la vez que la juvenil destinada para los adultos,no lo dudéis y haceros con esta novela. Seguro que os sorprenderá.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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