Antología publicada por Dolmen, y coordinada por Alfonso Zamora y José Antonio Campos, consta de 16 relatos, en el que sus autores, visitando las figuras más conocidas del horror, así como otras menos utilizadas quieren entretenernos y hacernos pasar un buen rato pasando miedo, pese a que suene algo ilógico tiene su razón cuando el terror busca entretenernos.
Una vez más, vuelve a cumplirse la regla no escrita dentro de cada antología que se precie, y es que no todos los relatos tienen la misma calidad. Es decir, si están en este volumen es porque han pasado un duro proceso para formar parte del mismo, pero aún así algunos no te dejan el mismo sabor de boca que han hecho, el resto de escritos que forman parte de la presente antología.
Así, hay relatos a los que no se les ha sacado todo el jugo que uno podía esperar, sobre todo aquellos que tienen como protagonistas a los fantasmas. Podían haber tenido más chicha si los autores, en vez de tirar por los cauces habituales, los escritores hubiesen innovado algo. Cierto es que en los relatos de fantasmas ya casi todo está escrito e inventado, pero aún así si vas a contarme algo que ya sé, hazlo de forma que sea algo sorprendente, pese a que ya sepamos como va a acabar momentos antes de la conclusión del mismo.
A lo largo de sus páginas, los lectores además de los fantasmas, serán testigos de zombies; cajas misteriosas; caníbales; ciencia ficción; sueños premonitorios; brujas o Lovecraft. Así dentro de los relatos que más me gustaron se encuentran Gottten Wille de Juan Manuel Sánchez Villoldo, en el que un poblado tiene una maldición india; Atención al cliente de Carlos Montero ( el doctor motosierra compañero y amigo de blog de críticas literarias ) en el que nos narra la advertencia de una bruja; Erotimicón de Pablo Fidel del que conviene desvelar poco, tan solo decir que su propuesta resulta cuanto menos innovadora y homenajea a Lovecraft y Barker.
Sueño premonitorio de Daniel Piniella es un homenaje que podría haber servido de capítulo para la serie En los límites de la realidad; Legión es otro relato curioso, que me gustó pero a menor nivel de los que llevo mencionados hasta ahora; Dios lo quiere de Ana Arranz, mezcla de forma hábil un suceso histórico como fueron las cruzadas, con un elemento sobrenatural que no voy a desvelar para no reventar la sorpresa.
Himunfrans´t de Vicente Gil también me gustó, sobre todo de la forma que juega con el mundo de los sueños y la realidad; por último El otro mundo de Luis Miguel Fernández, a pesar de que su final no quede del todo claro, es otro de los que me gustaron, pero si el final hubiera sido más claro sin duda hubiera sido mejor, ya que no te queda del todo claro su conclusión. Sammy de Rain Cross, mezcla de forma hábil el terror y el drama, con un final que cabrea bastante, pero que se ve venir a raíz de un suceso que ocurre en el tercio final del relato.
Ahora toca hablar de los que menos me gustaron, el que abre el relato La caja de Nieves Delgado, está bien pero no me acabó de convencer del todo. Cierto es que la autora escribe bien, pero su relato se le podía haber sacado más chicha; Delirium de Esther Díaz es otro tanto, bien escrito, con un buen planteamiento y nudo hasta llegar a un desenlace que podía haberse mejorado. A ver, no es horrible pero molesta que un relato que va in crescendo, al final no te llena del todo por culpa de un final que podía haber sido mejor. En lo que respecta a Huesped de su invitado de Tania Alcusón, tiene buen planteamiento, pero llegando hacía su conclusión, que no voy a desvelar por supuesto, recuerda y mucho a La mosca, el film de Cronenberg, ignoro si era intención de la autora o no rendir homenaje a esta cinta, pero el relato se queda en mitad de camino entre la literatura de horror clásica y la moderna.
En cuanto a Luces y sombras de Marc Sabaté, juega con el terror y la literatura, mezclando ambos en un coctel que no me acabó de convencer de todo, pese a que empieza bien, poco a poco se va desinflando y es una pena, el planteamiento era cuanto menos interesante. No estás solo de Jesús Mesado tiene el mismo problema de los relatos más flojos, están bien escritos, pero las historias que nos cuentan las hemos visto más veces y es una pena, puesto que se nota que los escritores tienen talento para ofrecernos cosas más interesantes.
Ánima de David Cantos tampoco me gustó mucho, uno no tiene claro en todo momento si es terror puro con unas gotas de drama o viceversa, en opinión de quién esto suscribe, uno de los relatos más flojos de esta antología. Por último Tras la luz del sol, solo hay oscuridad de David Martín, mezcla la ciencia ficción y la literatura, en un coctel que no acaba de funcionar del todo, a pesar de que los homenajes que vemos a lo largo de sus páginas son curiosos si uno ha leído o visto las obras en las que se basa para crear su obra.
Pese a ello, es una antología que fue escrita para ayudar a una niña enferma y cuyos beneficios irán íntegros para pagar su tratamiento. También la presenta antología sirve para dar a conocer a autores que están empezando y para los que deseo lo mejor, por último este volumen busca entretener, y es algo que ha conseguido pese a los altibajos de los escritos mencionados en párrafos anteriores. Si queréis saber más acerca de Daniela, así es como se llama la niña, os dejo con el enlace correspondiente: http://www.danielasfans.com/
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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