sábado, 25 de octubre de 2025

película: Deliver me from nowhere

Ayer se estrenó el esperado biopic, sobre como se creó Nebraska uno de los discos esenciales dentro de la carrera de Bruce Springsteen. Por lo que los aficionados al artista de Jersey esperábamos su lanzamiento con ganas, y la espera ha merecido la pena. No es la biografía al uso a la que estamos acostumbrados, sino que se centra en un punto concreto dentro de la vida de Springsteen y que nos ayuda a comprender algo más a una de las figuras clave dentro de la historia del rock.

Escrita y dirigida por Scott Cooper y adaptando el libro homónimo de Warren Zanes, la trama nos cuenta como Bruce Springsteen, Jeremy Allen White, antes de convertirse en la estrella que es ahora busca crear un disco nuevo más íntimo y personal por lo que no dudará es aislarse de todo el mundo. Para ello contará con la ayuda de su mánager Jon Landau, Jeremy Strong, mientras que inicia una relación con Faye, Odessa Young, y recuerda la tormentosa relación con su padre Douglas, Stephen Graham, clave en el devenir de los acontecimientos y pieza esencial en los miedos que tiene el artista de Jersey.

Una vez más aquí se demuestra que crítica y público no suelen coincidir. Poco antes del estreno vi una crítica en la que el periodista daba su opinión acerca del film, y que hacía hincapié en los flashbacks  que hay a lo largo del metraje. Una vez visto el mismo, creo que no hemos visto la misma película. En opinión de quien esto suscribe, esos flashbacks están bien insertados dentro de la narración y ayudan a comprender más los miedos a los que tiene que hacer frente Springsteen.

Jeremy Allen me sorprendió gratamente. Si bien ya conocía su rol en la serie The Bear, aquí es la primera vez que lo veía en pantalla grande dando vida, ni más ni menos, que a uno de mis artistas favoritos dentro de la historia del rock. Afortunadamente ha salido airoso y nos ofrece una buena interpretación, con un Springsteen con no pocos miedos debido al éxito al que está haciendo frente y sometido a una gran presión por su siguiente disco. Mientras que él quiere sacar su faceta más íntima y ofrecer algo que lo aleje del rock, su productor no está convencido del nuevo enfoque que le quiere dar a su incipiente carrera, lo que será objeto de no pocas discusiones.

Pero no solo Allen está de dulce, puesto que Strong vuelve a demostrar que es un robaescenas natural. Cada vez que aparece en pantalla consigue llevarse la atención de la audiencia, por lo que no sería raro verle nominado en los próximos Oscar al igual que a Allen. Su rol como Landau no es el típico mánager, más preocupado de ganar dinero que de preocuparse por la figura de su representado. Aquí Landau demuestra interés por Bruce y por la crisis por la que está pasando, pese a que en un principio tampoco vea claro el enfoque que el artista quiere darle a su nuevo disco.

Graham aprovecha sus breves instantes en pantalla como progenitor de Springsteen para demostrar, una vez más, que se trata de un intérprete en un gran estado de forma. Su rol aquí dista mucho de ser el típico padre maltratador, pese a sus problemas con el alcohol y a su relación distante con su hijo. Es una figura trágica y que era incapaz de demostrar sus sentimientos con su retoño. Pese a su buena labor, no creo que lo nominen como actor secundario.

Dentro de la cinta hay varios momentos a destacar, uno de ellos es, al menos para el que esto suscribe, el que tiene lugar hacia el final del film cuando Springsteen va a visitar a un psicólogo y, delante de él, se derrumba dejando salir las lágrimas que había estado conteniendo y liberándose así, en parte, de la carga que había llevado sobre sus hombros y que sigue llevando día de hoy, tal y como nos cuentan los créditos finales.

Otro de los aspectos que más me llamaron la atención, fue como Springsteen insistió en que el sonido de Nebraska tenía que ser tal y como lo había imaginado y como se las tuvieron que ingeniar los ingenieros de sonido, para hacer realidad el sueño del artista. Estamos hablando de los primeros años de la década de los 80, por lo que todo se hacía de manera analógica. Cuando al final dan con la solución, uno no puede sino quedarse flipando por la forma en la que dieron con la clave para grabar el vinilo.

Como no podía ser de otra forma, a lo largo de la cinta se escucharán algunos de los éxitos clave dentro de la filmografía de Springsteen cantados por Allen, cuya voz es bastante parecida a la del artista de Jersey. Una vez acabada la proyección, le comenté a mi acompañante que si lo que se oía era Springsteen y me dijo que no, que era el propio Allen el que cantaba por lo que no pude sino aplaudir la labor llevada a cabo por Allen.

Sus dos horas pasan bastante rápido. Es una producción que se basa bastante en los diálogos y en las interacciones entre los personajes y, pese a ello, pasa en un suspiro. Cuando uno quiere mirar el reloj, ya ha pasado la mitad de metraje por lo que su ritmo, pese a ser pausado, no llega a hacerse pesado en ningún momento.

Tanto si os gustan los biopics como si sois seguidores de Springsteen, esta es una cinta que recomiendo ver, ya que puede optar a varios premios en la futura ceremonia de los Oscar.

A continuación el tráiler:


Espero que os haya gustado la entrada de hoy.

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