Una de las frases más típicas, ya sea dentro del cine o la literatura es "segundas partes nunca fueron buenas". Algo que se está empezando a perder, ya que existen no pocas secuelas que igualan o superan al original. En la entrada de hoy se demuestra, ya que su autor nos ofrece un espectáculo cargado de acción, sangre, emoción y no pocas sorpresas en una nueva aventura en la que su protagonista hará frente al peligro y muerte en no pocas ocasiones. Así pues, veamos que nuevas peripecias le suceden a nuestra aficionada favorita al terror y slasher.
Escrita por Stephen Graham Jones, la secuela arranca cuatro años después de los sucesos de Mi corazón es una motosierra cuando Jennifer vuelve al que fue su pueblo en una de las peores tormentas de nieve que se recuerdan y que coincide con la fuga del furgón de prisión de Molino Oscuro Sur, un peligroso psicópata que no tardará en hacer de las suyas. En enfrentamiento entre ambos parece inevitable.
Madre mía, no sé como empezar la reseña. Esta segunda parte nos muestra que, tanto la protagonista como su creador están en plena forma. El libro, tal y como sucedió en la primera parte es una carta de amor al cine de terror, tanto a sus cintas más conocidas como aquellas que lo son menos y que suelen pasar desapercibidas. Al igual que en Mi corazón es una motosierra, tuve que parar la lectura en no pocas ocasiones para buscar el filme que se menciona.
Tal y como ocurrió en su primera parte, dentro de la novela encontramos dos partes: en la primera de ella seremos testigos de las aventuras de los protagonistas intentando sobrevivir a dos fuerzas de la naturaleza en apariencia imparables. En la segunda, el diario vuelve a hacer acto de aparición pero en esta ocasión narrado por otro protagonista.
A diferencia de su predecesora, aquí nos vamos a encontrar más masacres y un asesino que, a pesar de ser un cabronazo de tomo y lomo, tiene el carisma que tienen otros psycho killers como Michael Myers o Jason, que no necesitan de palabras para llevarse por delante a todo aquél que se interponga en su camino.
Un punto a favor es su protagonista. Jennifer ha madurado después de los sucesos, y final, de la primera parte. Quiere dejar atrás la persona que era pero, como se suele decir, la cabra tira al monte y cuando los cadáveres empiecen a sucederse, no le quedará más remedio que volver a ser la persona que era y hacer gala de sus conocimientos sobre las cintas de terror y slasher si quiere salir viva de nuevo.
Otro de los aspectos a destacar es el plantel de secundarios, que ejercen de perfecto acompañamiento de la protagonista principal y que le serán de gran ayuda a Jennifer. Así, además de Letha otro de los que más me gustó fue el ayudante del sheriff BannerTompkins, quién a su pesar se verá convertido en un héroe involuntario.
La narrativa de Jones aquí tiene más ritmo, a diferencia de la primera parte en la que parecía ir en primera en la mayor parte del libro, salvo en determinados momentos en esta segunda parte le mete un par de marchas más hasta que llega su tercio final en el que mete la directa y ya no nos suelta hasta la conclusión del libro.
Tal y como sucede en los filmes de terror o en los giallos, Jones nos tiene preparadas un par de sorpresas, las cuales no voy a desvelar por supuesto, pero que sin duda harán que vuestras mandíbulas toquen el suelo. Y es que, tal y como sucede en algunos filmes de terror, no todo es lo que parece y algunos personajes no son lo que parecen en un principio.
El terror es bastante terrenal, salvo por alguna pequeña pincelada sobrenatural que, en vez de restar, no hace sino sumar enteros a la obra. Toque, por cierto, que le sienta la mar de bien y se complementa con la historia que rodea a la población ficticia de Proofrock.
Los asesinatos están bastante bien narrados. El autor no se corta a la hora de mostrar las muertes, las cuales no desentonarían en absoluto en las cintas que aquí se homenajean. Por lo que la sangre, los desmembramientos y demás elementos característicos de los psycho killers harán las delicias de los seguidores de este género.
Por ponerle una pequeña pega, es que los capítulos en determinadas ocasiones llegan a hacerse algo pesados debido a la longitud de los mismos. Meter una pequeña pausa dentro de los mismos le hubiera sentado bien, al menos en opinión de quién esto suscribe. Pero, tal y como digo, es solo mi punto de vista.
Si os gustó la primera parte, y sois seguidores del autor, no lo dudéis y haceros con esta segunda parte. Seguro que nos os arrepentiréis, ya que va a servir de calentamiento ante la tercera parte que saldrá a lo largo del año que viene, por lo que es ideal para ir haciendo tiempo mientras se publica en nuestro país.
Esta editorial no para de darnos alegrías, publicando volúmenes de terror de escritores que no son los típicos y que, a pesar de los premios ganados en no pocas ocasiones, pasan fuera del radar de las grandes editoriales por lo que las responsables de La biblioteca de Carfax hacen una gran labor al publicar estas novelas en nuestro país. Enhorabuena.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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