Desde que debutara en 1941, no son pocas las producciones que han tratado el tema del licántropo por excelencia de la historia del cine. Ahora, un nuevo film viene a unirse a este club bajo la mirada de Jason Blum. Una cinta que supone una nueva aproximación a este monstruo trágico y que tiene en sus efectos de maquillaje clásicos, uno de sus puntos fuertes.
Dirigida por Leigh Whannell, que se encarga del guion junto a Corbett Tuck, Lauren Schuker Bum y Rebecca Angelo, la trama nos cuenta como Blake Lovell, Christopher Abbott, recibe en herencia la casa donde pasó su infancia junto a su severo padre Grady, Sam Jaeger. En su viaje le acompañarán su mujer Charlotte, Julia Garner, y su hija Ginger, Matilda Firth. De camino al que fue su hogar, la familia sufre un ataque siendo Blake herido por una misteriosa criatura. Será el inicio de una noche infernal.
En esta ocasión, ya había visto algún avance de la cinta analizada hoy. Me llamó la atención que apenas mostraba nada, para no mostrar sus cartas desde el primer momento, lo que acaba siendo un acierto pero que no acaba de convencer del todo. Si bien tiene puntos a su favor, también tiene no pocos en contra.
Uno de los aspectos que restan, es la interpretación llevada a cabo por los actores. No he visto otros trabajos anteriores suyos, por lo que no puedo juzgar su labor en otras películas, pero aquí, desde luego, no están muy acertados. Son bastante sosos, sobre todo en el caso de Abbott y Garner. En ningún momento me llegaron a transmitir que eran un matrimonio creíble. Cierto que la relación entre ambos personajes no pasa por su mejor momento, pero tampoco te resulta verosímil el distanciamiento entre los dos.
Tampoco me acabó de convencer que, desde el momento en que Blake se infecta, todo va demasiado deprisa, cuando, en otras producciones de temática lobuna, como Lobo, Un hombre lobo americano en Londres o El hombre lobo, el proceso tarda unos días en producirse. Aquí, el protagonista pasa por los diversos estados de transformación lupina en cuestión de horas. Te puedo comprar que aquí lo traten como si fuera un virus zombi, que te infecta en nada, pero se echa a perder parte del encanto que tiene este monstruo.
Otro elemento que no me enganchó, pero que de manera irónica también juega a su favor, es que todo transcurre en una sola noche. No juega con el suspense, con la evolución paulatina a convertirse en un monstruo. Aquí, parece que los responsables se han querido dar prisa y solucionarlo todo en el menor tiempo posible.
Uno de los aspectos a destacar es, sin duda, sus efectos de maquillaje. Los responsables han decidido usar efectos clásicos, sin apenas CGI, y ofrecernos una más que decente transformación lobuna. Sin acercarse al clásico maquillaje, creado por Rick Baker, de Un hombre lobo americano en Londres, al menos supone una decente aproximación, y homenaje, a esta creación de Baker.
Son estos efectos, ya sean de la transformación, como de los numerosos instantes violentos en los que la sangre hace acto de presencia, los que suben enteros al film. Si no los hubiera incluido, el resultado final hubiera sido mucho peor del que finalmente nos ha acabado llegando.
La cinta también tiene a su favor una duración estándar, de poco más de hora y cuarenta, por lo que casi desde su comienzo va directa al grano. Aquí vuelvo a hacer referencia a un párrafo anterior, en el que comentaba que todo iba demasiado deprisa. Al transcurrir toda la acción en un corto espacio de tiempo, el realizador se ha querido ahorrar el suspense de la continua evolución de Blake, para ofrecernos una lucha contra el monstruo que les atacó yendo de camino al hogar del padre de familia a la vez que la madre y la hija han de hacer frente también a la amenaza interior que supone el hombre de la casa.
Aquí el director nos quiere hablar de como la violencia se puede transmitir de padres a hijos. Algo que se puede ver a poco de comenzar el film, cuando Blake pierde la paciencia con su hija y le da una contestación fuera de lugar. Pero, a diferencia del que fuera su progenitor, este carácter irascible apenas sale a la superficie, algo que no ocurría entre nuestro protagonista y su padre, tal y como el realizador nos muestra en el prólogo de la película.
Una producción interesante, que puede llamar la atención a aquellas personas que quieran pasar un rato entretenido, pero que sabrá a poco a aquellos que ya tenemos un bagaje en cuanto a cine de terror se refiere y que ya tenemos a nuestras espaldas unas cuantas cintas con temática de hombres lobo en su argumento.
Por lo menos no aburre pero desde luego no va a pasar a la historia del cine de terror. Si os gusta el género de terror con temática lobuna, dadle una oportunidad. Pero aquellos que queráis ver otro tipo de producciones, además de las ya citadas a lo largo de la reseña, os recomiendo también La noche de Walpurgis, El hombre lobo dirigida por Joe Johnston o En compañía de lobos, que son bastante superiores a la entrada de hoy.
A continuación el tráiler:
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
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