Desde que fuera creado por Arthur Conan Doyle en 1887, el detective más famoso de la literatura ha ido enfrentándose con multitud de enemigos, ya sean de carne y hueso o de carácter sobrenatural. Tanto en las 56 historias oficiales, como en las 4 novelas, Holmes dejaba patente su inteligencia y análisis deductivo a la hora de resolver los casos en los que se ve envuelto. Pero, en la entrada de hoy, se enfrentará a un enemigo que pondrá en peligro no solo Inglaterra, sino también el mundo entero.
Escrito por Alberto López Aroca, autor que ha aparecido por aquí en otras ocasiones, una de ellas en la reivindicable, y holmesiana, Estudio en esmeralda o en también en Candy city la trama nos cuenta como en 1903 Holmes está a punto de retirarse, cuando un nuevo caso, en el que tiene que ver un misterioso elixir rejuvenecedor, hará que se ponga en acción con su nuevo ayudante Otis Mercer. El famoso investigador no sabe la aventura que está a punto de vivir.
Narrado en primera persona por Otis, esta aventura nos introduce de lleno en un caso holmesiano en toda regla. Esta no es la primera vez que el famoso investigador, ha de hacer frente a una amenaza que no es de este mundo. Baste recordar sus enfrentamientos contra Nosferatu o con las criaturas imaginadas por Lovecraft sombras sobre Baker Street.
Holmes es de mis personajes literarios favoritos, por lo que leer una aventura suya, en la que también se ven envueltos zombis, era una apuesta segura para pasar un buen rato, como así ha sido. A poco de comenzar su lectura, ya sabía que me lo iba a pasar bien. No solo por la narrativa de su autor, sino también por la multitud de guiños hacia otros personajes, como cierto profesor creado por Conan Doyle, de la misma época que Sherlock que, de una forma u otra, hemos visto o leído. Ya sea en libros, cómics o películas.
Así, el autor juega con los lectores para probar su nivel de frikismo, si se le puede llamar así y ver si es capaz de identificar a la mayoría de estos personajes, los cuales aparecen al final del libro. He de decir que alguno de ellos lo tuve que buscar, puesto que me sonaba. Cuando vi quienes eran, no pude sino sonreír ante el travieso juego que nos ha propuesto Alberto.
Aquí no esperéis grandes escenas de acción y hemoglobina, con nuestro famoso investigador y sus aliados, reventando cabezas de muertos vivientes. De ello hay, pero son un par de escenas contadas, aquí, lo que importa es la investigación que Holmes lleva a cabo para averiguar que, y quienes, se esconden detrás de esta amenaza que ha surgido de forma inesperada.
El autor demuestra su amor, y conocimiento, por el personaje creado por Conan Doyle. No solo por la mención a otros casos de Holmes, en los que también aparecen algunos de los personajes que ayudan a Holmes en el caso, sino también cada vez que Holmes aplica su famoso método intuitivo a la hora de sacar adelante la investigación. Podemos ver algunos diálogos que, salvando las distancias, parecen escritos por el propio Doyle.
Hubo un par de giros que no me esperaba, como la revelación del villano, o la forma en que se resuelve todo, lo que no hace sino aumentar el nivel de diversión. El final, que por supuesto no voy a desvelar, nos deja con ganas de más, y de saber en que nuevo caso se va a ver envuelto Holmes.
Tanto si os gustan las novelas homenajes a Holmes, como si os apasionan las historias con muertos vivientes, no lo dudéis y dadle una oportunidad. Seguro que no os arrepentiréis.
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