El pasado viernes, se estrenó la nueva película de la saga Cazafantasmas, y que es secuela del anterior film estrenado hace un par de años. Una vez vi el avance me dieron ganas de verla, pero, una vez vistas las críticas y opiniones de personas que la vieron antes que yo, las expectativas se enfriaron algo. Una vez vista, he de decir que cumple más que de sobra con el cometido con el que fue hecha, que no es otro que el de entretener.
Dirigida por Gil Kenan, que se encarga del guion junto a Jason Reitman y Jason Blumenfeld, la trama nos cuenta como tras los sucesos de la anterior entrega Phoebe Spengler, Mckenna Grace, junto con su madre Callie, Carrie Coon, y su hermano Trevor, Finn Wolfhard, se han mudado a Nueva York junto con Gary Grooberson, Paul Rudd, para retomar el negocio de los Cazafantasmas, viviendo en el edificio donde inauguraron el negocio.
No pasará mucho tiempo, hasta que tengan que hacer frente a una amenaza que podría sumergir a la humanidad en una nueva edad de hielo. Pero nuestros héroes no estarán solos, ya que contarán con la ayuda de los antiguos Cazafantasmas, Peter Venkman, Bill Murray, Ray Stanz, Dan Aykroyd, y Winston Zeddemore, además de la secretaria Janine Melnitz, Annie Potts, y de Nadeem, Kumail Nanjiani.
En este caso, tal y como se suele ser norma no escrita, critico y pública no suelen coincidir. He de decir que tampoco me esperaba mucho, tal y como he dicho en el párrafo que inauguraba esta reseña. Pero mis temores, se vieron disipados al poco de comenzar el metraje. Lo que me encontré, fue una cinta muy entretenida y que mantiene el nivel de la anterior.
No hay nuevo bajo el sol. Cuando uno se mete a ver este tipo de producciones, ya sabe lo que se va a encontrar en mayor o menor medida. Dosis de humor, acción y unas gotas de drama, conformando una mezcla que, sin duda, va a satisfacer los paladares de los seguidores de esta saga.
Tal y como ocurrió en la anterior entrega, los papeles de los adolescentes tienen un papel fundamental en el devenir de los acontecimientos, sobre todo en el caso de Mckenna Grace, a quien se le ve más cómoda en esta ocasión que en el anterior film. No en vano, sobre ella recae el mayor peso de la trama, quedando sus compañeros de reparto por detrás.
Uno de los aspectos que más me gustó, fue el villano. Una amenaza que pondrá en no pocos apuros a nuestros héroes. Su aspecto resulta bastante amenazador, no solo por su diseño, sino también por sus poderes. Su historia, que se cuenta a los espectadores, a mitad de metraje, consigue ser lo bastante interesante para que el film nos mantenga más entretenidos.
Otro de los aspectos a destacar, es ver como el universo de los Cazafantasmas se amplia. Puesto que Zeddemore, con sus ingresos, ha creado un departamento donde ampliar el armamento y la tecnología de los cazadores de fantasmas por excelencia, con el que poder hacer frente a las nuevas y peligrosas amenazas fantasmales, que puedan surgir y poner en peligro a la humanidad.
Algunos de estos fantasmas, por cierto, se encuentran encerrados en este laboratorio, siendo una de ellas esencial para el devenir de los acontecimientos. Se nos dan unas breves pinceladas sobre lo que puede hacer, y eso nos basta. Es decir, no pierden un tiempo innecesario en explicar de donde viene y lo que puede hacer. Lo que, sin duda, favorece en el ritmo.
Por supuesto, no me olvido de los marshmallow, ahora en formato pequeño y que ya aparecieron en la entrega anterior. Pese a ser pequeños de tamaño, siguen haciendo de las suyas y, cada vez que aparecen, consiguen robarse el film. Baste citar como ejemplo, su primera aparición en la cinta hoy reseñada, en donde consiguen arrancar unas buenas carcajadas, además de que su humor dista mucho de ser blanco, y en ocasiones se acerca bastante al de los Looney Tunes.
Si tuviera que poner un pero a la película, sería Bill Murray. Aparece poco, y, en las ocasiones que lo hace, se le nota desganado, como su solo pasara por allí para cobrar el cheque y ya. Lo que choca con las ganas e ilusión que le ponen Hudson y, sobre todo, un Aykroyd que se encuentra muy cómodo en su rol de Stanz.
Sus apenas dos horas de metraje pasan en un suspiro. Cuando uno quiere mirar el reloj, ya ha pasado más de la mitad de su duración, lo que indica el buen ritmo con el que está dotado el film. Aquí ni le falta, ni le sobra nada, tiene la duración justa para una cinta de estas características.
A mitad de los créditos finales, hay una escena postcréditos que, si bien no supone un avance de una futura entrega, supone una conclusión que nos deja con una sonrisa en la cara.
Tanto si sois seguidores de la saga, como si os gustó la anterior entrega, os recomiendo ver la peli. Pasaréis un rato entretenidos, que es de lo que se trata cuando uno ve este tipo de producciones.
A continuación el tráiler:
Pues yo me lo pasé fenomenal. Es una película entretenida, a la que no le falta ni le sobra nada. Con las dosis de humor necesarias. Y que sin duda me arranca más de una carcajada. La noche anterior vi la primera, así que la disfruté aún más.
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