miércoles, 20 de mayo de 2020

entrevista: Daniel Lorenzo

Como complemento a la entrada anterior, os ofrecemos una entrevista al autor del libro que espero sea de vuestro agrado. Aquí la tenéis.


Antes que nada, muchas gracias por concederme esta entrevista, que espero sea de tu agrado.

Seguro que lo será. Estoy a gustísimo aquí contigo.

Al fin los fans de esta peculiar pareja tenemos un libro en castellano sobre su filmografía, ¿cómo se te ocurrió la idea?

El tema del libro, sí, el tema del libro nació con mucha gracia, además, en un momento de arte, de… de gracia porque estábamos escribiendo unos artículos esos amigos que habitualmente nos juntábamos en la web de Cinéfagos, nos contábamos nuestras cosas, tomábamos nuestras copitas.. y en ese momento que estábamos jugando la partida, pues entraron dos editores y vieron un artículo que yo había escrito sobre el cine de estos dos actores.

Y ya dije yo ¡Deja a los editores! Déjalos que caminen como ellos camelen. Si los editores camelan leer los artículos sobre Bud Spencer y Terence Hill, pues déjalos.

Total que cogí la nave, cogí el coche, me fui a una esquina, paré allí el auto, y empecé a escribir allí un capítulo, yyy fíjate como sería que a la media pues... lo tenía escrito. Total que volví a los editores  y les digo "mira, mira lo que he hecho, eeeh a ver qué os parece" y cuando vieron el lío dijeron

"Buah Dani, esto es un melocotonazo de miedo, no veas la que vas a armar con esto, uoh esto tiene un tirón enorme".

¿Cuáles son tus títulos favoritos, o tu particular top?

A ver, es imposible no hablar de Trinidad, porque fue la película que les lanzó al estrellato, su título más exitoso y la que estableció la fórmula que seguirían en un futuro. Pero si me preguntas por mis favoritas, tengo que mencionar …y si no, nos enfadamos, que me parece una comedia maravillosa y dos películas ya tardías, que al gran público no le dicen nada, pero que a mí me tienen ganado: Dos supersuperesbirros y Dos súper dos.

En la época del videoclub, por así decirlo ellos eran los más queridos, ¿Qué recuerdos tienes de aquellos tiempos?

Como yo tenía un Beta y no un VHS siempre me sentí un poco excluido de la cultura del videoclub. Pero lo cierto es que estas películas las emitían constantemente. Primero, en Televisión Española. Y, luego, cuando llegaron las privadas, rara era la semana en la que no echaban al menos una en Telecinco, que venía respaldada por capital italiano.

Bud Spencer, en mi opinión, es mejor peleador que Bruce Lee, Chuck Norris o Donnie Yen, todos ellos grandes artistas marciales o peleadores. Pero mientras que ellos necesitaban de varios golpes para acabar con un enemigo, a Bud solo le bastaba uno. ¿Opinas igual? ¿Y si se hubieran enfrentado, quién hubiera ganado?

Hubiéramos ganado los espectadores. Sería algo mejor incluso que King Kong contra Godzilla.

Lo cierto es que nunca he estado demasiado interesado en el cine de artes marciales. Suele tener un rollo de sacrificio, de estilo de vida, casi pseudofilosófico, que no me atrae en absoluto. Esos luchadores ascéticos, que parecen Santa Teresa.

Algo maravilloso del cine de Spencer y Hill es su mediterraneidad. Ellos luchan, pero también disfrutan de la comida y de un estilo de vida despreocupado, que es algo que no se permiten las estrellas de películas orientales y americanas.

Hace un par de años, salió un videojuego protagonizado por Bud y Terence, con estética de 8 bits llamado slaps and beans, si no recuerdo mal, y que imitaba los beat’em up. ¿Tuviste ocasión de jugarlo? ¿Y si es así, que tal lo pasaste mientras lo hacías?

Pues no lo he jugado, la verdad, porque no soy yo muy jugón. La única forma en la que he intentado ponerme en la piel de Bud Spencer ha sido a base de ingerir carbohidratos.

Tu libro supone un viaje a la nostalgia y al pasado, para todos aquellos que crecimos viendo a esta pareja precursora de las buddymovies. Mientras lo escribías ¿Qué sensación tenías? ¿Alegría, nostalgia?

Pues he sentido especialmente responsabilidad. Al no existir nada serio escrito en castellano sobre esta pareja, y conocer de primera mano la existencia de un fándom muy exigente y conocedor de muchos datos al respecto, había días en que pesaba la intención de intentar estar a la altura.

Por otro lado es inevitable sentirse muy contento por estar intentando dignificar el trabajo de gente que te ha hecho muy feliz en distintos momentos de tu vida.

Si tuvieras que definir que te transmiten las películas de esta pareja, ¿como lo harías?

Ganas de salir a la calle a dar unas hostias así a mano abierta a la gente que se lo merezca.

No sé dónde leí que Fidel Castro era gran seguidor de Bud y Terence, ya que sus películas no tenían violencia, y te hacían reír. ¿Conocías esto?

No lo conocía, la verdad, pero no me extraña. Spencer y Hill fueron figuras muy populares también en Hispanoamérica. Y en el tiempo en que Fidel tardaba en dar un discurso cualquiera podría revisar todas las películas que rodaron juntos.

Si tuvieses el Delorean o la Tardis, ¿Te hubiese gustado compartir mesa y mantel con ambos, y tener la oportunidad de entrevistarles, conocerles y sacarte fotos con ellos?

Desde luego. De lo que no me quedarían ganas, sospecho, es de pagar la cuenta.

Lo cierto es que intenté ponerme en contacto con Hill para la redacción de este libro, pero me resultó imposible.

Hace unos años, Joaquín Reyes hizo una imitación, en mi opinión muy divertida y respetuosa, de Bud Spencer en Muchachada Nui ¿Qué te pareció?

Muy divertida, como casi todo lo que hace Joaquín Reyes.

Las películas del dúo tenían temas bastante pegadizos, ¿Cuáles son tus favoritos?

Que tengamos tan presentes las canciones de las películas de Spencer y Hill es, esencialmente, mérito de Oliver Onions, que era el nombre artístico de los hermanos De Angelis, que fueron los autores de las canciones y la música de gran parte de sus películas.

Como curiosidad, cabe señalar que Oliver Onions son los autores de las canciones de La vuelta al mundo de Willy Fogg, Dartacan y los tres mosqueperros o Doraemon, por mencionar algunas de sus muchas canciones que alegraron la infancia de muchas generaciones.

Te diría que mis favoritas son las canciones de .. y, si no, nos enfadamos: Dune Buggy y  el Coro dei pompieri. Pero, por mencionar otro de los muchos temazos que nos ofrecieron sus películas, otro de mis favoritos es el Grau, grau, grau de Estoy con los hipopótamos.

 Aún años después, cada vez que se emite una película suya por televisión la gente sigue viéndolas, ¿A qué crees que se debe esto?

Pues en primer lugar, a las innegable química que desprendían. No eran actores interpretando a amigos, eran amigos que trabajaban juntos como actores, y eso se notaba. Uno siempre es feliz viendo a gente que es feliz cuando está junta. Y ellos lo eran.

Por lo demás, la comedia de contrastes siempre ha funcionado bien, y ellos eran una pareja de contrastes ideal y, además, con mucha química. Sus películas son muy familiares y eso también potencia el visionado conjunto y repetido. Y también señalaría al factor nostalgia, que es muy importante. Son títulos que nos recuerdan la felicidad que sentimos la primera vez que los vimos, la felicidad de la infancia, y por eso siempre nos apetece volver a verlos.

Y, en un último apunte diría que es que son películas muy buenas. Las malas películas no permanecen vivas y tan presentes en la memoria colectiva durante cincuenta años.

Muchas gracias por tu amabilidad
A ti, me alegra mucho saber que has disfrutado el libro y ojalá todos los lectores también lo hagan.

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