El género zombi está viviendo una época dorada. Ya sea en la literatura, la gran pantalla, los comics o sobre todo en la televisión con la emisión de The walking dead o Fear the walking dead, estos muertos vivientes están más de moda que nunca. En nuestro país diversos autores han encontrado aquí la forma de darse a conocer al gran público, bien sea mediante un libro autoconclusivo o con la publicación de sagas. Precisamente una de las más famosas vuelve ahora, para contar a los lectores los sucesos que transcurrieron paralelos a los que tuvieron lugar en la primera parte.
Escrito de nuevo por Alfonso Zamora Llorente y con un prólogo a cargo de su hermano Javier, la trama nos cuenta como la pandemia zombi coge de improviso a unas personas que se encuentran haciendo sus compras en el centro comercial La Gavia. Desde ese momento tendrán que hacer frente no solo al peligro que suponen los muertos vivientes, sino también a los enfrentamientos entre ellos y que serán más peligrosos que los zombis.
Cuando todo parecía cerrado con la segunda parte, el autor nos ha sorprendido con esta tercera entrega la cual sirve de complemento a lo narrado en la primera parte de esta saga. En esta ocasión gran parte de la acción tiene lugar en una única localización, salvo en un par de instantes en los que el escritor abandona las cuatro paredes del centro comercial para presentarnos nuevos personajes y que en algunos casos tienen más peligro que los muertos vivientes.
Lo más destacado del libro son los personajes. Esta es una novela más coral que las anteriores entregas y donde dos protagonistas destacan por encima del resto. Ambos representan las dos formas de enfrentarse a esta situación límite y son las dos caras de la moneda. El primero es Justo, quien es despedido de Fnac al poco de comenzar la novela y ejercerá de improvisado líder de las personas atrapadas dentro del centro comercial. Representa el equilibrio, la voz de la razón, los deseos de sobrevivir y no dejarse llevar por la violencia.
Todo lo contrario que Nicolás, vigilante de seguridad del centro comercial, principal antagonista y una amenaza mayor para las personas encerradas dentro del centro comercial que los zombis. Nicolás es un personaje egoísta, abusón y un traidor, lo que le convierte en un gran villano al que da gusto odiar. Al poco de conocerle uno no puede sino desearle lo peor, no para de hacer faena tras faena a los que están encerrados con él. Sin duda es un gran acierto por parte del autor, quien nos regala un gran malo a la altura de las circunstancias.
Los instantes de acción también tienen hueco en este libro, algo normal al tratarse de una novela de zombis. Pero estos quedan reducidos al mínimo, puesto que el autor prefiere centrarse más en las relaciones entre los personajes que en la violencia y en una ensalada de tiros. Eso sí, cuando los mismos hacen acto de aparición, el autor no se corta a la hora de mostrar las consecuencias del uso de las armas blancas y de fuego tanto en los muertos vivientes como en los seres humanos.
Lo mismo ocurre con las apariciones de los zombis. Cada una de las mismas conlleva un gran peligro y escenas bastante gore. Las cuales van desde el simple mordisco hasta un festín en toda regla. En estos momentos es cuando el autor saca su vena más sádica, y obsequia a sus seguidores con un festival de sangre y vísceras narrados de forma bastante visual y cinematográfica.
El primer referente que a uno se le viene a la cabeza cuando termina de leer el libro, es Zombi de George A. Romero o su remake Amanecer de los muertos de Zack Snyder. La novela guarda no pocos paralelismos con ambos filmes, pero mientras que en ambas producciones los protagonistas tenían a su lado alguien con formación militar o policial, en la novela de Alfonso no existen ese tipo de personajes. Tan solo son meros supervivientes que tendrán que aplicar sus conocimientos para resistir el máximo tiempo posible sin caer en la locura.
El ritmo de la novela resulta bastante bueno y no se hace tedioso en ningún momento. A ello ayuda los diálogos de los personajes, bastante ágiles, las situaciones por las que atraviesan y que van alternando los momentos más pausados con otros mucho más dinámicos. Esto hace que el libro se devore y resulte complicado abandonar su lectura, puesto que nos engancha desde las primeras páginas.
Un libro que resulta un buen complemento a las dos anteriores entregas de la saga, y nos permite conocer un poco más este universo creado por el autor. A lo largo de sus páginas el autor rinde homenaje a otras obras de compañeros de letras. Como si de un juego se tratara, los lectores han de adivinar estas referencias, algunas más evidentes que otras.
Muchísimas gracias por la reseña. Ojalá siga mejorando novela tras novela.
ResponderEliminar¡¡Un abrazo!!
Un placer, deseando leer tu nueva obra.
ResponderEliminarRecibe otro fuerte abrazo