sábado, 20 de abril de 2024

libro: Mestizos

No hay duda, de que el hombre lobo es, junto con Drácula y el monstruo de Frankenstein, uno de los pilares básicos de las películas e historias de terror. Amén de los zombis o los fantasmas, pero son los licántropos quienes, a lo largo de los años, han protagonizado un buen puñado de largometrajes e historias que han asustado a las audiencias a lo largo de los años. Hoy vuelve al blog, un autor que está llamado a convertirse en una de las nuevas voces dentro de la literatura de terror, si es que no lo ha hecho ya. Así pues, acompañadme en un viaje por las carreteras de Estados Unidos, acompañando a una familia de estos seres sobrenaturales.

Escrito por Stephen Graham Jones, autor de Mi corazón es una motosierra,  cuya reseña podéis leer aquí, la trama nos cuenta las peripecias de una familia de licántropos, por las carreteras de Estados Unidos, buscando un lugar donde poder asentarse. Pero, tal y como dos desvelará su protagonista principal, es más fácil decirlo que hacerlo.

Escrito en primera persona, salvo los capítulos en los que el narrador pasa a ser el propio autor, el adolescente nos va contando las peripecias que va pasando junto con sus tíos, a la vez que nos va desvelando los secretos que se ocultan, y que creíamos erróneos, sobre los hombres lobo.

Más que interesante vuelta de tuerca, sobre los hombres lobo. A lo largo de sus páginas, esta particular familia de licántropos, nos va desvelando como se van desenvolviendo en su día a día con los seres humanos. Intentan pasar desapercibidos, pero, tal y como se demostrará en no pocas ocasiones, la convivencia no resultará todo lo fácil que ellos quieren.

Uno de los aspectos que más me gustó, además de la narración en primera persona, es como el autor dinamita todo lo que creíamos saber acerca de estos seres. Según nos cuenta el protagonista, a tenor de las historias que le cuentan tanto su tío como su abuelo, todo es falso acerca de los licántropos. Así pues, quién mejor que un propio hombre lobo, para desmontar nuestras creencias acerca de su pueblo.

Eso sí, algunas de las suposiciones sobre los mismos permanecen intactas, como la plata. Este es un elemento que permanece inalterable en la historia.

A medida que uno avanza en su lectura, pese a que a uno le queda claro que todo lo que ocurre no es imaginación por parte del narrador, en no pocas ocasiones la duda aparece. Ya que, salvo en los instantes finales, no vemos la transformación del protagonista principal. Y, cuando ocurre la transición de la persona al animal por parte de su familia, nunca la vemos del todo claro. En este punto el autor, ha sabido jugar con la incertidumbre.

Durante toda la historia, queda más que claro que los protagonistas principales pertenecen a la clase más baja en los Estados Unidos. Viviendo en caravanas, sobreviviendo como pueden con trabajos precarios, les cuesta encontrar su sitio. Y, cuando encuentran el mismo, alguien se encarga de dinamitar esa comodidad que tanto les ha costado encontrar.

Baste poner como ejemplo, el capítulo en el que el protagonista parece haber encontrado el amor en la figura de una compañera de instituto. Hasta que, un trágico suceso relacionado con su pasado, hace que todo salte por los aires. He de decir, que en este momento me enfadé con el autor, puesto que por fin las cosas parecen ir sobre ruedas para todos. Pero, tal y como se encarga de recordarnos Jones, no todo es idílico.

Sus poco más de trescientas páginas, hace que no se haga pesada su lectura. Eso sí, en algunas ocasiones uno se puede llegar a perder, puesto que en no pocos instantes pasamos de leer las peripecias de estos seres en primera persona, para que, acto seguido, pasen a leerse en tercera persona.

Todos aquellos que queráis leer una historia diferente sobre los hombres lobo os la recomiendo. Si esperáis leer un relato, cargado de hemoglobina y violencia, tal vez os llevéis un chasco. Ya que haberla hayla, pero no en la medida que os esperáis. Por ello os recomiendo que os enfrentéis a la lectura sin expectativas de tripas por doquier, y os dejéis llevar por la propuesta del autor.

Desde aquí, dar las gracias una vez más a la editorial por publicar este tipo de libros, que pueden pasar desapercibidos, pero que, desde que comenzaron su andadura, no han parado de darnos alegrías a los aficionados a la literatura de terror. Tan solo esperar que sus pasos sigan por muchos años, seguro que van a seguir dándonos alegrías.



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