Que bonita es la inocencia, nos permite creer que cualquier cosa es posible. Que Papá Noel viva en el Polo Norte, que exista el ratoncito Pérez, que existan las hadas o que Jared Leto sea capaz de hacer una buena película de superhéroes. Pero la realidad es bien distinta, y es que madre mía, que cosa más mala acabo de ver. Una cinta horrible, sosa, mal dirigida, con un guion con más agujeros que un queso Gruyere, y donde lo único que se salva, manda narices, son las dos escenas postcréditos y el villano interpretado por Matt Smith.
A primera vista el argumento mola no. Pero nada más lejos de la realidad, la película es aburrida, un verdadero pecado tratándose de cine de superhéroes. Los efectos especiales parecen de hace treinta años y los consecutivos retrasos en su estreno da que pensar. Para ver lo que he visto, mejor que se la hubieran ahorrado. Han sido casi dos horas de mi vida perdidas, y eso no me cabrea, lo que de verdad me molesta es que en principio tenía buena pinta, pero todo se queda en agua de borrajas.
A medida que la trama avanza, los agujeros se van haciendo más y más grandes. Aquí no es que las situaciones pasen por que las ha hecho un mago. Aquí se ha reunido todo Hogwarts, Gandalf, Saruman, Radagast el pardo, Doctor Extraño, Juan Tamariz y el hechicero que aparece en las fiestas de cumpleaños de los niños. Si hubiera visto aparecer un elefante hecho con globos no me hubiera extrañado en absoluto, y por lo menos hubiera captado más mi atención.
Leto no resulta creíble en ningún momento como héroe de acción, se limita a poner caras tristes y de interés, o de estreñimiento o de pensar: ¿Pero en que cojones me he metido yo? Menos mal que por ahí aparecen Jared Harris, que sin duda se lo ha llevado calentito nianoniano, y Matt Smith, pasándolo en grande como el villano de la función. Su sobreactuación no molesta, es más, te saca del sopor que invade toda la película.
Por Osiris y por Apis, miradme miradme bien,
Ahora os va a gustar la pinicula
Las escenas de acción, por así decirlo, resultan confusas, mareantes, y no se han esforzado nada en intentar coreografiarlas lo mejor posible. El director se limita a girar la cámara alrededor de los protagonistas y ya. Parece que Biodramina les haya pagado por hacerlas, ya que uno acaba mareado. No sabe lo que pasa, ni quien pega a quien, o quien va ganando.
No hay clímax final, y la cámara lenta, cuando aparece, en vez de dar sensación de molonidad, parece de coña. En vez de ralentizar lo que pasa, la imagen se queda quieta y lo que se mueve es el actor. Si fuera un film amateur te lo puedo comprar, pero es que estamos hablando de una producción de 75 millones, es decir, que pasta no les ha faltado.
Que lo mejor de una cinta sean sus dos escenas postcreditos da que pensar. Dan pie a una futura secuela, que, en caso de hacerse, esperemos que sea mejor que su predecesora y amplia el concepto de multiverso ya visto en la última entrega de Spiderman.
Puede que estemos hablando de una de las peores películas de superhéroes. Y que demuestra que hay que mantener alejado a Leto del cine de superhéroes. Es más, creo que con él se podrían hacer las tres reglas de los Gremlins:
1) Que no vuelva intervenir en ninguna.
2) No dejarle entrar en Marvel o DC
3) Y más importante: por mucho que llore, por mucho que grite, nunca, nunca dejarle acercarse al cine de evasión.
El ver un documental sobre la reproducción de las amebas o ver crecer la hierba resulta más entretenido que ver esta hecatombe.
A continuación el trailer:
No hay comentarios:
Publicar un comentario