Ah, el terror. Como nos gusta disfrutar viendo o leyendo una buena historia que nos mantenga en tensión, que nos de un susto de vez en cuando y, por supuesto, nos salpique con buenas dosis de sangre. Si bien el terror ha evolucionado desde los tiempos de Poe y Lovecraft, hasta nuestros días, los autores más famosos como King, Koontz, Barker, Campbell o Hill han formado parte de nuestras pesadillas, por citar tan solo a algunos de los más conocidos. Pero, durante tres décadas, las que comprenden de los años 70 hasta los 90, algunos escritores no tuvieron la misma suerte que King o Barker. El presente ensayo, y la entrada de hoy, se encarga de descubrirlos y recuperarlos para aquellos lectores, entre los que me incluyo, que apenas habían oído hablar de ellos.
Con prólogo a cargo de Javier J. Valencia, apéndices a cargo de V.C. Randolph y escrito por Víctor Castillo Rodríguez, este ameno ensayo se encarga de descubrir, a autores que, pese a contar con una audiencia fiel, y llevarse premios tan prestigiosos como el Stoker, no han logrado alcanzar la fama que si han hecho otros compañeros de letras.domingo, 22 de noviembre de 2020
Libro: Páginas desde el averno (Pesadillas olvidadas de los 70,80 y 90)
De esta forma, a lo largo de sus páginas, los lectores que se acerquen al presente ensayo, podrán descubrir a autores como Shaun Hutson, Graham Masterton, Jack Ketchum o Robert R. McCammon por citar a algunos. Pero de lo que no hay duda, es que el creador del ensayo cumple con el objetivo con el que fue creado, y es el de fomentar la lectura de las obras imaginadas por éstos escritores.
A tenor de los resúmenes que acompañan a cada uno de los autores, y de las obras que forman parte de sus creaciones, es que dan ganas de acercarse a ellas. Puesto que, a tenor de lo que nos cuenta Víctor a lo largo de las páginas del ensayo, y en algunos casos más que otros, dan muchas ganas de comprarse los libros que aparecen mencionados.
Si por algo destaca la entrada de hoy, es el tremendo curro que ha tenido que meterse el autor entre pecho y espalda, y especialmente ojos, a la hora de afrontar la creación de su obra. Puesto que no ha debido de ser una tarea fácil, aunque si placentera, pero no en algunos casos a tenor de los resúmenes, a la hora de afrontar cada una de las lecturas, y son unas cuantas, que forman parte de la numerosa producción de los escritores.
Cada uno de los autores que desfilarán a lo largo de las páginas del ensayo, poseen su propio estilo a la hora de crear sus historiar de terror. Algunos acuden a lugares ya conocidos, como posesiones, demonios, vampiros, psicópatas o espíritus venidos del más allá, mientras que otros echan mano de animales como las ratas o serpientes para crearnos escalofríos.
De lo que no hay duda, es que cada uno de ellos no duda en meter más o menos sangre, ser más o menos explícito en las escenas violentas o sexuales, a la hora de describir las acciones que acompañan a los protagonistas de sus obras.
Si las obras reseñadas en el ensayo, fuesen platos culinarios, algunas de ellas llevarían más o menos picante, cuando no serían pura cayena, y el resto puro acompañamiento, como ocurre en el caso de Ketchum, bastante explicito a la hora de describir la violencia y sexo, amén de dar lecciones de como preparar unas salchichas que, sin duda, aprobaría el mismísimo Hannibal Lecter.
El lenguaje utilizado por Víctor es bastante sencillo y ameno, apenas utiliza lenguaje técnico. Nos cuenta los libros tal y como si estuviésemos en un bar con él, tomando unas cervezas y tapeando. Como en una conversación informal, y el tema de los libros surgiera en mitad de la charla. Es como si dijese a sus lectores, oye y has oído hablar de estos autores? Pues mira, te recomiendo éstos, y estas obras que van de esto, esto y esto.
En los apéndices a cargo de Randolph, es donde aparece un humor, como decirlo, bueno hace que la sangre de Alien parezca Nenuco. Y es que el autor no duda en criticar a todos aquellos que no han comprado sus obras, y que, además, no han sabido hablar de los autores que son mencionados en el libro. Y es que Randolph, acompaña a modo de epílogo a cada uno de los capítulos donde son mencionados los autores que son analizados en el ensayo.
Si os gustan los autores de terror poco conocidos, descubrir nuevas obras, o aunar ambos factores en un divertido ensayo, sin duda éste es vuestro ensayo.
Desde aquí, felicitar una vez más a la editorial, por ofrecer a los lectores un producto cuidado, con unas ilustraciones impresionantes, y que permite al lector disfrutar de una lectura muy amena.
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